Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 Y LLEGÁRONSE los días de David para morir, y mandó á Salomón su hijo, diciendo: EMPERO se acercaban ya los días en que había de morir David; por lo cual dio encargo a Salomón su hijo, diciendo:
2 Yo voy el camino de toda la tierra: esfuérzate, y sé varón. Yo sigo el camino de toda la tierra; ten fortaleza pues, y muéstrate hombre.
3 Guarda la ordenanza de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, y sus derechos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que seas dichoso en todo lo que hicieres, y en todo aquello á que te tornares; Guarda también el precepto de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y cumpliendo sus estatutos, sus mandamientos, y sus leyes, y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés; a fin de que te vaya bien en todo lo que hicieres, y a dondequiera que vuelvas la cara;
4 Para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren su camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón, y de toda su alma, jamás, dice, faltará á ti varón del trono de Israel. y para que Jehová confirme la palabra que ha hablado acerca de mí, diciendo: Si tus hijos pusieren cuidado en su camino, para andar fielmente delante de mí, con todo su corazón y con toda su alma, juro, diciendo: ¡Nunca te faltará hombre que se siente sobre el trono de Israel!
5 Y ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo á dos generales del ejército de Israel, á Abner hijo de Ner, y á Amasa hijo de Jether, los cuales él mató, derramando en paz la sangre de guerra, y poniendo la sangre de guerra en su talabarte que tenía sobre sus lomos, y en sus zapatos que tenía en sus pies. Y tú también sabes lo que me ha hecho Joab, hijo de Sarvia, y lo que hizo a dos jefes del ejército de Israel, es decir, a Abner hijo de Ner, y a Amasa hijo de Jeter, a quienes él mató, derramando sangre de guerra en tiempo de paz, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que traía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies.
6 Tú pues harás conforme á tu sabiduría; no dejarás descender sus canas á la huesa en paz. Harás pues con él conforme a tu sabiduría; mas no permitas que desciendan sus canas en paz a la sepultura.
7 Mas á los hijos de Barzillai Galaadita harás misericordia, que sean de los convidados á tu mesa; porque ellos vinieron así á mí, cuando iba huyendo de Absalom tu hermano. Para con los hijos de Barzillai galaadita empero, usarás de benevolencia, y serán ellos de los que coman a tu mesa; porque de esta suerte ellos se llegaron a mí, cuando iba huyendo de Absalom tu hermano.
8 También tienes contigo á Semei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba á Mahanaim. Mas él mismo descendió á recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová, diciendo: Yo no te mataré á cuchillo. Y he aquí tienes contigo a Semei hijo de Gera, benjamita, de Bahurim, el cual me maldijo con horrible maldición en el día que fuí a Mahanaim. Sin embargo él descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová, diciendo: No te haré morir a espada.
9 Empero ahora no lo absolverás: que hombre sabio eres, y sabes cómo te has de haber con él: y harás descender sus canas con sangre á la sepultura. Ahora empero no le tengas tú por inocente; porque hombre sabio eres, y sabes lo que debes hacer con él; harás pues que desciendan sus canas con sangre a la sepultura.
10 Y David durmió con sus padres, y fué sepultado en la ciudad de David. En fin, David yació con sus padres, y fué enterrado en la ciudad de David.
11 Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años: siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalem. Y el tiempo que reinó David sobre Israel fué cuarenta años: en Hebrón reinó siete años, y en Jerusalem reinó treinta y tres años.
12 Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y fué su reino firme en gran manera. Y Salomón se sentó sobre el trono de David su padre, y se estableció firmemente su reino.
13 Entonces Adonía hijo de Haggith vino á Bath-sheba madre de Salomón; y ella dijo: ¿Es tu venida de paz? Y él respondió: Sí, de paz. Entonces Adonías hijo de Haguit fué a Batseba madre de Salomón. Y ella le dijo: ¿Es pacífica tu venida? Y él respondió: Pacífica es.
14 En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di. Y dijo: Tengo una cosa que decirte. Y ella respondió: Habla.
15 Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro, para que yo reinara: mas el reino fué traspasado, y vino á mi hermano; porque por Jehová era suyo. Entonces él dijo: Tú sabes que mío era el reino, y que sobre mí tenía todo Israel puesta la mirada, para que yo reinara. Pero fué trastrocado el reino, y vino a ser de mi hermano; porque por parte de Jehová era suyo.
16 Y ahora yo te hago una petición: no me hagas volver mi rostro. Y ella le dijo: Habla. Ahora bien, voy a hacerte una petición; no me hagas volver avergonzado el rostro. Ella de nuevo le dijo: Habla.
17 Él entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón, (porque él no te hará volver tu rostro,) para que me dé á Abisag Sunamita por mujer. Él pues dijo: Ruégote que hables al rey Salomón, (porque él no te hará volver desairado el rostro), para que me dé a Abisag la sunamita por mujer.
18 Y Bath-sheba dijo: Bien; yo hablaré por ti al rey. A lo que dijo Batseba: Bueno, yo hablaré por ti al rey.
19 Y vino Bath-sheba al rey Salomón para hablarle por Adonía. Y el rey se levantó á recibirla, é inclinóse á ella, y volvió á sentarse en su trono, é hizo poner una silla á la madre del rey, la cual se sentó á su diestra. Con lo cual entró Batseba a donde estaba el rey Salomón, para hablar con él a favor de Adonías. Y levantóse el rey a recibirla, y se inclinó ante ella: luego se sentó en su trono, e hizo poner una silla para la madre del rey; y ella se sentó a su derecha.
20 Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me hagas volver mi rostro. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te haré volver el rostro. Entonces ella dijo: Vengo a hacerte una pequeña petición; no me hagas volver avergonzado el rostro. A lo que le dijo el rey: Pide, madre mía, que no te haré volver avergonzado el rostro.
21 Y ella dijo: Dése Abisag Sunamita por mujer á tu hermano Adonía. Y dijo ella: Pues dése Abisag la sunamita por mujer a Adonías tu hermano.
22 Y el rey Salomón respondió, y dijo á su madre: ¿Por qué pides á Abisag Sunamita para Adonía? Demanda también para él el reino, porque él es mi hermano mayor; y tiene también á Abiathar sacerdote, y á Joab hijo de Sarvia. Empero el rey Salomón respondió y dijo a su madre: ¿Y a qué propósito pides a Abisag la sunamita para Adonías? Pide antes para él el reino; puesto que es mi hermano, mayor que yo, sí, para él, y para el sacerdote Abiatar, y para Joab hijo de Sarvia.
23 Y el rey Salomón juró por Jehová, diciendo: Así me haga Dios y así me añada, que contra su vida ha hablado Adonía esta palabra. Entonces el rey Salomón juró por Jehová, diciendo: ¡Así haga conmigo Dios, y más aún, si no es verdad que Adonías ha hablado esto en contra de su misma vida!
24 Ahora pues, vive Jehová, que me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y que me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonía morirá hoy. Ahora pues, ¡vive Jehová! que me ha constituído rey, y que me ha hecho sentar sobre el trono de David mi padre, y que me ha fundado casa, como lo ha prometido, que hoy mismo será muerto Adonías.
25 Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual dió sobre él, y murió. Envió pues el rey Salomón por mano de Benaya hijo de Joiada, el cual le acometió de suerte que murió.
26 Y á Abiathar sacerdote dijo el rey: Vete á Anathoth á tus heredades, que tú eres digno de muerte; mas no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca del Señor Jehová delante de David mi padre, y además has sido trabajado en todas las cosas en que fué trabajado mi padre. Y al sumo sacerdote Abiatar le dijo el rey: Retírate a Anatot, a tus campos; porque eres digno de muerte; pero en este día no te haré morir, por cuanto llevaste el Arca de Jehová, el Señor, delante de David mi padre, y porque tú padeciste en todo lo que padeció mi padre.
27 Así echó Salomón á Abiathar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo. Por manera que Salomón expulsó a Abiatar, para que no fuese sacerdote de Jehová; cumpliendo así la palabra que Jehová habló acerca de la casa de Elí en Silo.
28 Y vino la noticia hasta Joab: porque también Joab se había adherido á Adonía, si bien no se había adherido á Absalom. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y asióse á los cornijales del altar. Y llegó a Joab noticia de esto: pues que Joab se había desviado, yendo tras de Adonías; bien que no se había desviado, yendo tras de Absalom: por lo cual Joab huyó al Tabernáculo de Jehová, y se asió de los cuernos del altar.
29 Y fué hecho saber á Salomón que Joab había huído al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón á Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y da sobre él. Y fué dado aviso al rey Salomón, diciendo: Joab ha huído al Tabernáculo de Jehová; y he aquí que está al lado del altar: y envió Salomón a Benaya hijo de Joiada, diciendo: Anda, arremete contra él.
30 Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová, y díjole: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así habló Joab, y así me respondió. Llegóse pues Benaya al Tabernáculo de Jehová, y dijo: Así dice el rey: ¡Sal de aquí! Mas él respondió: No, sino que aquí mismo moriré. Y Benaya trajo respuesta al rey, diciendo: Así ha dicho Joab, y así me ha respondido.
31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérralo, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente. Entonces le dijo el rey: Haz como él mismo ha dicho, y arrójate sobre él, y entiérrale; para que quites de sobre mí, y de sobre la casa de mi padre, la sangre inocente que ha derramado Joab.
32 Y Jehová hará tornar su sangre sobre su cabeza: que él ha muerto dos varones más justos y mejores que él, á los cuales mató á cuchillo sin que mi padre David supiese nada: á Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y á Amasa hijo de Jether, general de ejército de Judá. Así Jehová hará volver su sangre sobre su misma cabeza; puesto que acometió a dos hombres más justos y mejores que él, y los mató a espada; sin que mi padre David lo supiese: a saber, a Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá.
33 La sangre pues de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su simiente para siempre: mas sobre David y sobre su simiente, y sobre su casa y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte de Jehová. ¡Vuelva pues la derramada sangre de ellos sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su linaje para siempre; mas sobre David, y sobre su linaje, y sobre su casa, y sobre su trono, haya paz para siempre de parte de Jehová!
34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió, y dió sobre él, y matólo; y fué sepultado en su casa en el desierto. Subió pues Benaya hijo de Joiada, y le acometió, y le mató; y fué enterrado en su misma casa, en el desierto.
35 Y el rey puso en su lugar á Benaía hijo de Joiada sobre el ejército: y á Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiathar. Y el rey puso a Benaya hijo de Joiada, en su lugar, sobre el ejército; y a Sadoc sacerdote le puso el rey en el puesto de Abiatar.
36 Después envió el rey, é hizo venir á Semei, y díjole: Edifícate una casa en Jerusalem, y mora ahí, y no salgas de allá á una parte ni á otra; Entonces el rey envió y llamó a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalem y habita en ella, y no salgas de allí a ninguna parte;
37 Porque sabe de cierto que el día que salieres, y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza. porque en el día que salieres, y pasares el torrente Cedrón, sabe con seguridad que morirás sin remedio: tu sangre recaerá sobre tu misma cabeza.
38 Y Semei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Semei en Jerusalem muchos días. Y Simei respondió al rey: Justa es la orden; conforme ha dicho mi señor el rey, asimismo lo hará tu siervo. Y habitó Simei en Jerusalem muchos días.
39 Pero pasados tres años, aconteció que se le huyeron á Semei dos siervos á Achîs, hijo de Maachâ, rey de Gath. Y dieron aviso á Semei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gath. Pero aconteció al fin de tres años que se fugaron dos siervos de Simei, yéndose a Aquís hijo de Maaca, rey de Gat. Y le avisaron a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat.
40 Levantóse entonces Semei, y enalbardó su asno, y fué á Gath, á Achîs, á procurar sus siervos. Fué pues Semei, y volvió sus siervos de Gath. Entonces se levantó Simei, y aparejó su asno, y fué a Gat, a Aquís, en demanda de sus siervos: de manera que Simei se fué y trajo a sus siervos de Gat.
41 Díjose luego á Salomón como Semei había ido de Jerusalem hasta Gath, y que había vuelto. Y dieron parte a Salomón de como había ido Simei de Jerusalem a Gat, y regresado.
42 Entonces el rey envió, é hizo venir á Semei, y díjole: ¿No te conjuré yo por Jehová, y te protesté, diciendo: El día que salieres, y fueres acá ó acullá, sabe de cierto que has de morir? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco. Por lo cual envió el rey y llamó a Simei, y le dijo: ¿No te juramenté yo por Jehová, y te protesté, diciendo: En el día que salieres, y anduvieres a cualquiera parte, sabe con seguridad que morirás sin remedio? y tú mismo me respondiste: Justa es la orden; obedezco.
43 ¿Por qué pues no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse? ¿Por qué pues no has guardado el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse?
44 Dijo además el rey á Semei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová pues, ha tornado el mal sobre tu cabeza. Dijo además el rey a Simei: Tú sabes toda la maldad, (conociéndolo tu mismo corazón), que hiciste para con David mi padre. Jehová pues hace volver tu maldad sobre tu propia cabeza;
45 Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová. mas el rey Salomón será bendito, y el trono de David será establecido delante de Jehová para siempre.
46 Entonces el rey mandó á Benaía hijo de Joiada, el cual salió é hirióle; y murió. Y el reino fué confirmado en la mano de Salomón. Entonces el rey mandó a Benaya hijo de Joiada, el cual salió y acometióle de suerte que murió. Y así el reino fué afirmado en mano de Salomón.
navigate_before 1 Reyes 1 1 Reyes 3 navigate_next
arrow_upward Arriba