Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo; HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis. Y si alguno pecare, abogado tenemos para con el Padre, a saber, a Jesucristo el justo;
2 Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. el cual es también la propiciación por nuestros pecados; y no por los nuestros solamente, sino también por los de todo el mundo.
3 Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos. Y en esto sabemos que le conocemos a él: si guardamos sus mandamientos.
4 El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él; El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y no hay verdad en él;
5 Mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta en él: por esto sabemos que estamos en él. mas el que guarda su palabra, verdaderamente en éste se ha perfeccionado el amor de Dios: en esto pues sabemos que estamos en él.
6 El que dice que está en él, debe andar como él anduvo. El que dice que mora en él, debe también él mismo andar así como él anduvo.
7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Amados míos, ningún mandamiento nuevo os escribo, sino el mandamiento antiguo que habéis oído desde el principio: aquel mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído.
8 Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros; porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra. Otra vez, un nuevo mandamiento os escribo, cosa que es verdadera en él y en vosotros; porque las tinieblas se van pasando, y la luz verdadera ya resplandece,
9 El que dice que está en luz, y aborrece á su hermano, el tal aun está en tinieblas todavía. El que dice que está en la luz y odia a su hermano, en tinieblas está hasta ahora.
10 El que ama á su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en él. El que ama a su hermano, mora en la luz, y no hay en él ocasión alguna de tropiezo.
11 Mas el que aborrece á su hermano, está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe á donde va; porque las tinieblas le han cegado los ojos. Pero el que odia a su hermano, está en las tinieblas, y anda en las tinieblas, y no sabe por donde va, por cuanto las tinieblas le han cegado los ojos.
12 Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre. OS escribo a vosotros, hijitos míos, por cuanto vuestros pecados os son perdonados a causa de su nombre.
13 Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. A vosotros os escribo, oh padres, porque conocéis a aquel que existe desde el principio. A vosotros, oh jóvenes, os escribo, porque habéis vencido al maligno. Os he escrito a vosotros, hijitos, porque conocéis al Padre.
14 Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno. Os he escrito a vosotros, padres, porque conocéis a aquel que existe desde el principio. Os escrito, jóvenes, a vosotros, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno.
15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo. Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la vanagloria de la vida, no procede del Padre, sino que es del mundo.
17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. Y el mundo se va pasando, con su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
18 Hijitos, ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado á ser muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el último tiempo. Hijitos, es ya la hora postrera; y según habéis oído decir que viene el anticristo, aun ahora se han levantado muchos anticristos; de donde sabemos que es la hora postrera.
19 Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros. De entre nosotros salieron, mas no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, hubieran permanecido con nosotros; empero salieron, para poner de manifiesto que no todos son de nosotros.
20 Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. Y vosotros tenéis una unción que del Santo procede, y sabéis todas las cosas.
21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como á los que la conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad. No os he escrito porque estéis ignorantes de la verdad, sino porque la sabéis, y porque ninguna mentira es de la verdad.
22 ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo. ¿Quién es el mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, es decir, el que niega al Padre y al Hijo.
23 Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre. Cualquiera que confiese al Hijo tiene también al Padre. Cualquiera que niega al Hijo, ese no tiene al Padre: el que confiesa al Hijo, tiene al Padre también.
24 Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. En cuanto a vosotros, permanezca en vosotros lo que habéis oído desde el principio. Si permaneciere en vosotros lo que desde el principio habéis oído, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
25 Y ésta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna. Y ésta es la promesa que él nos ha prometido, es a saber, la vida eterna.
26 Os he escrito esto sobre los que os engañan. Estas cosas os he escrito respecto de los que quisieran seduciros.
27 Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en él. Mas en cuanto a vosotros, la unción que dé él habéis recibido, permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe: al contrario, así como su unción os enseña respecto de todas las cosas, y es verdad y no mentira, y así como ella os ha enseñado, así vosotros permanecéis en él.
28 Y ahora, hijitos, perseverad en él; para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida. Y ahora, hijitos, permaneced en él; para que cuando fuere manifestado, tengamos confianza, y no seamos avergonzados delante de él en su venida.
29 Si sabéis que él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de él. Si sabéis que él es justo, sabed también que todo aquel que obra justicia, es engendrado de él.
navigate_before 1 Juan 1 1 Juan 3 navigate_next
arrow_upward Arriba