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Nuevo Testamento

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Tito

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Capítulo 1

Destinatario y saludo
2 Pedro 1:1-4

1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, 2 con la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió antes de los tiempos de los siglos 3 (pero, en su debido tiempo, manifestó su palabra por la predicación que me fue confiada, según el mandamiento de Dios nuestro Salvador), 4 a Tito, verdadero hijo según la común fe: Gracia y paz, de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador.

Tito encargado de organizar las iglesias de Creta
1 Timoteo 3:1-7; 1 Pedro 5:1-4

5 Por esta causa te dejé en Creta, para que acabaras de poner en orden lo que quedaba [por hacer], y para que establecieras ancianos en cada ciudad, como yo te ordené: 6 el anciano debe ser irreprensible, marido de una sola mujer, con hijos creyentes, no acusados de libertinaje o insumisión. 7 Porque el supervisor debe ser irreprochable como administrador de Dios; no soberbio, ni colérico, ni dado al vino, ni violento, ni codicioso de ganancia deshonesta, 8 sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, santo, dueño de sí mismo, 9 retenedor firme de la palabra fiel conforme a la doctrina, para que sea capaz tanto de exhortar con sana enseñanza como de refutar a los que contradicen.

Los falsos maestros

10 Porque hay muchos insubordinados, vanos palabreros y engañadores, especialmente los de la circuncisión, 11 a quienes es necesario tapar la boca; estos trastornan familias enteras, enseñando lo que no conviene, por ganancia deshonesta. 12 Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones, perezosos. 13 Este testimonio es verídico. Por lo cual, repréndelos severamente, para que sean sanos en la fe, 14 sin prestar atención a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. 15 Todas las cosas son puras para los puros; pero para los corrompidos e incrédulos, nada es puro. Al contrario, su misma mente y conciencia están corrompidas. 16 Profesan conocer a Dios, pero lo niegan con sus obras, siendo abominables, desobedientes y descalificados para toda buena obra.

Capítulo 2

Recomendaciones a diversas categorías de fieles
Efesios 6:5-8; 1 Timoteo 2:9-15; 1 Pedro 2:18-20; 3:1-6

1 Pero tú, enseña lo que conviene a la sana doctrina: 2 que los ancianos sean sobrios, serios, sensatos, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 3 Asimismo, que las mujeres de edad sean reverentes en su conducta, no calumniadoras, no adictas a mucho vino, maestras de buenas cosas; 4 para que instruyan a las jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser sensatas, puras, dedicadas a su casa, bondadosas, sumisas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 6 Exhorta también a los jóvenes a ser sensatos, 7 mostrándote tú mismo en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, [mostrando] integridad, seriedad, 8 palabra sana, irreprensible; para que el opositor sea expuesto a la vergüenza, no teniendo ningún mal que decir de nosotros. 9 Que los esclavos se sometan en todo a sus amos; que sean agradables, no respondones; 10 no defraudando, sino mostrando toda buena fidelidad, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.

La gracia de Dios, fuente de salvación
Efesios 2:1-10; 1 Pedro 1:10-21; 2:13-16; 1 Juan 3:1-3

11 Porque la gracia de Dios que trae salvación ha sido manifestada a todos los hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos sobria, justa y piadosamente en el presente siglo, 13 aguardando la bendita esperanza y la aparición en gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo, 14 quien sí mismo se dio por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras. 15 Esto enseña, exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie.

Capítulo 3

Instrucciones para la conducta de los fieles

1 Recuérdales que se sometan a los gobernantes y a las autoridades, que sean obedientes, que estén preparados para toda obra buena, 2 que a nadie difamen, que no sean pendencieros, que sean afables y muestren una perfecta mansedumbre para con todos los hombres. 3 Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados, siendo esclavos de concupiscencias y diversos placeres, viviendo en malicia y envidia, odiosos y odiándonos unos a otros. 4 Pero cuando la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor hacia los hombres aparecieron, 5 nos salvó, no a causa de obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino según su misericordia, mediante el lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo, 6 que derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador; 7 para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos, según la esperanza de la vida eterna.

Consejos particulares a Tito

8 Esta palabra es cierta; y sobre estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que han creído a Dios sean solícitos en practicar buenas obras. Estas cosas son buenas y provechosas para los hombres. 9 Pero evita las cuestiones insensatas, las genealogías, las contiendas y las disputas sobre la ley; porque son sin provecho y vanas. 10 Aleja al hombre que causa divisiones después de una y otra amonestación, 11 sabiendo que el tal está pervertido y peca: él mismo se condena.

Últimas recomendaciones
1 Corintios 16:20-24

12 Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a verme en Nicópolis; porque he decidido pasar allí el invierno. 13 Provee diligentemente para el viaje de Zenas, doctor de la ley, y para Apolos, que nada les falte. 14 Y aprendan también los nuestros a destacarse en las buenas obras, para las necesidades urgentes, a fin de que no sean infructuosos. 15 Te saludan todos los que están conmigo. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros.

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