Dificultades, sufrimientos, enfermedades
Autor:
Las pruebas y las enfermedades
Tema:¿Debe el creyente escapar del sufrimiento, de la enfermedad y de las dificultades? Esto es lo que argumentan algunos, basándose en versículos como Mateo 8:16-17 y 1 Juan 3:8. Sin embargo, este no es el sentido de estos versículos y, por el contrario, muchos pasajes anuncian que al creyente no se le escatimarán las dificultades (Rom. 5:2-3; 8:22-23; Hechos 14:22; 2 Tim. 2:3; 3:12; 4:5).
Las preguntas siempre surgen en las dificultades, especialmente cuanto más grandes sean:
- ¿Por qué la prueba?
- ¿Por qué las dificultades?
- ¿Por qué la enfermedad?
- ¿Por qué el sufrimiento?
El Libro de JOB es fundamental para comprender la respuesta. Algunos puntos clave a tener en cuenta:
Dios enseña (36:22) de una manera, o de dos, (33:14), opera dos, tres veces (33:29); la prueba puede ir muy lejos, ser muy larga, ser muy difícil e incluso dura (33:19-22; 36:8). Job era perfecto y recto a la práctica cuando todo estaba bien (1:1), había aceptado la prueba en un grado muy alto (1:21; 2:10), pero se salió de su camino cuando la prueba se prolongó y sus tres amigos le acusaron injustamente de cosas que no había hecho y, por lo tanto, hablaron mal de Jehová (42:7-9).
Dios también puede utilizar intermediarios (mensajeros, intérpretes) para anunciar «al hombre su deber» (33:23), siendo el mejor el propio Cristo:
– para abrir los ojos del hombre a lo que es y ha hecho (36:9),
– para apartar al hombre de lo que está haciendo (33:17),
– para alejarle de la soberbia (33:17),
– para liberar su alma (33:18, 30),
– para mostrar al hombre lo que es correcto para él (33:23),
– para hacerle reconocer su pecaminosidad (33:27; 36:10),
– para hacerle escuchar (33:16, 33; 34:1-2); 42:4),
– para que suplique, para que clame a Dios como única fuente de liberación (33:26; 36:13) [gracia divina],
– para hacer que desee ser sondeado interiormente por Dios (34:32; Sal. 139:23-24),
– para que se juzgue a sí mismo interiormente (42:6),
– para hacerle volver a Dios (36:10),
– para llevarle a volverse a su Creador, la única fuente de alegría (35:10; 33:27), la única fuente de verdadera paz (34:29), como el hijo pródigo que vuelve a sí mismo y desea la casa del Padre.
El error fundamental del hombre es su tendencia a:
– pedir cuentas a Dios poniéndose al mismo nivel que él (33:12-13; 36:23),
– considerar a Dios como su enemigo (33:10),
– despreciar la relación con Dios (34:9),
– ser ciego a la propia pecaminosidad (33:9; 34:31),
– ser ciego y sordo a lo que Dios hace o dice (33:14b),
– no ver la propia arrogancia (35:15),
– acusando a Dios de ser injusto, considerándose más justo que Dios (33:9; 34:5, 12; 35:2; 40:3),
– acusar a Dios de tratar a las personas de forma desigual (34:18-19),
– pensando que es inteligente al tener esos pensamientos sobre Dios (34:35; 35:16),
– sorprenderse de que Dios no responda inmediatamente a tales acusaciones (35:12-14; 36:16-17),
– pensar que si Dios se retrasa es porque no se ocupa de las cosas (34:25-28),
– olvidar que, si Dios hiciera lo que el hombre merece, destruiría todo de inmediato (34:15-16).
Pero debe saber que:
– Dios es justo (34:10, 12, 18-19; 36:2),
– Dios no busca aplastarnos con su grandeza, sino que tiene un propósito moral para el hombre (42:4),
– Todo el conocimiento humano no permite acceder a la sabiduría, porque la sabiduría es el temor del Señor y apartarse del mal es la inteligencia (28:28),
– Dios está a favor de su criatura, no en contra (33:10, 12),
– Dios tiene en cuenta a todos, sean quienes sean (36:5; 39:3),
– Dios sabe lo que hace, aunque el hombre no lo entienda (36:5; 37:5),
– Dios utiliza medios que no entendemos (cap. 40 y 41),
– Dios ve a todos los hombres y lo que hacen (34:21); sigue a los suyos de cerca (36:7),
– Dios es quien da la inteligencia y hace comprender las cosas (35:11),
– Dios tiene a la vista el bien final de su criatura, más allá de lo que se podría pensar (33:25; 37:9b; 37:22a; 23:10),
– Lo más importante no es que Dios quite la enfermedad y el sufrimiento, sino que descubramos lo que es pasar por la prueba con Él (35:10 –cánticos en la noche; ídem 33:27; 38:4,7; 2 Cor. 12:7-9),
– Dios tiene un propósito maravilloso (33:25-27; 37:5; 42:3).
ES NECESARIO QUE EL HOMBRE ESCUCHE LO QUE DIOS DICE (36:11-12),
y QUE APRENDA A CONTAR CON ÉL EN TODAS LAS COSAS.