La Buena Semilla
Versículos de febrero 2025
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
(Eclesiastés 3:11)
El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
(Juan 3:31)
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
(Juan 12:27)
Y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.
(Marcos 14:33-34)
(Jesús dijo:) Yo estoy a la puerta y llamo.
(Apocalipsis 3:20)
Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
(Hebreos 3:7-8)
Os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
(Hebreos 10:36)
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
(Romanos 8:18)
Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo.
(2 Corintios 5:17-18)
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros.
(Ezequiel 36:26)
Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse.
(Lucas 14:17-18)
(Jesús dijo) El que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
(Apocalipsis 22:17)
Ahora, así dice el Señor… No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
(Isaías 43:1)
Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente.
(Lucas 15:6-7)
Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
(Jeremías 29:13)
Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.
(Juan 13:21)
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
(Juan 19:30)
De la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.
(Hebreos 9:27)
¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?
(Jeremías 5:31)
Fui también asido por Cristo Jesús… pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
(Filipenses 3:12-14)
Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
(Proverbios 3:5-6)
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
(Isaías 26:3)
Los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
(Isaías 40:31)
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso.
(Lucas 15:4-5)
(Jesús dijo:) Al que a mí viene, no le echo fuera.
(Juan 6:37)
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros.
(Ezequiel 36:26)
El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
(Efesios 4:10)
Jesús… fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
(Hebreos 4:14-16)
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, el Señor me recogerá.
(Salmo 27:10)
Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.
(Isaías 43:4)
(Jesús dijo:) Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
(Juan 13:14-15)
Oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata.
(Salmo 66:10)
Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
(1 Pedro 1:7)
Invoqué en mi angustia al Señor, y él me oyó… me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti.
(Jonás 2:2, 7)
Contaré lo que (Dios) ha hecho a mi alma… Que no echó de sí mi oración.
(Salmo 66:16, 20)
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
(Miqueas 6:8)
Vino el Señor y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.
(1 Samuel 3:10)
Mirad que no desechéis al que habla… al que amonesta desde los cielos.
(Hebreos 12:25)
Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho… Esta ha hecho lo que podía.
(Marcos 14:6-8)
El Señor… manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
(1 Corintios 4:5)
(Dios,) el cual hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin número.
(Job 5:9)
Dios es amor.
(1 Juan 4:8)
El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras. Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.
(Apocalipsis 2:1-2; 4:8)
El Señor… dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas… te libraré.
(Isaías 38:5-6)
El Señor se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
(Jeremías 31:3)
Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré lo que ha hecho a mi alma… Mas ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. Bendito sea Dios.
(Salmo 66:16, 19-20)
Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
(Romanos 10:9)