La Buena Semilla
Versículos de octubre 2022
Dijo Moisés al Señor… has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí… te ruego que me des muerte… y que yo no vea mi mal.
(Números 11:11, 15)
Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.
(Lamentaciones 3:57)
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
(Juan 14:6)
Mía es la plata, y mío es el oro, dice el Señor.
(Hageo 2:8)
La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan.
(Esdras 8:22)
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
(Romanos 8:28)
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
(1 Juan 4:18-19)
Dios… manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
(Hechos 17:30-31)
Del Señor nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar.
(Daniel 9:9)
Elías… deseando morirse, dijo… oh Señor, quítame la vida… los hijos de Israel han dejado tu pacto… y solo yo he quedado… Le dijo el Señor… Yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal.
(1 Reyes 19:2, 4, 14-15, 18)
(Jesús dijo a Pedro:) Yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
(Lucas 22:32)
Él (Dios) dijo: No te desampararé, ni te dejaré.
(Hebreos 13:5)
Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal… Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú.
(Deuteronomio 30:15, 19)
Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.
(Salmo 50:15)
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
(Romanos 5:1)
Viendo el denuedo de Pedro y de Juan… les reconocían que habían estado con Jesús.
(Hechos 4:13)
Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.
(1 Pedro 2:21)
Clama a mí, y yo te responderé.
(Jeremías 33:3)
Señor, no me reprendas en tu enojo… Sálvame por tu misericordia.
(Salmo 6:1, 4)
Os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
(1 Tesalonicenses 1:9-10)
Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
(Salmo 62:10)
Nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto… porque raíz de todos los males es el amor al dinero.
(1 Timoteo 6:7-8, 10)
Así que, si el Hijo (de Dios) os libertare, seréis verdaderamente libres.
(Juan 8:36)
La libertad con que Cristo nos hizo libres.
(Gálatas 5:1)
Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
(Romanos 6:22)
Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.
(Gálatas 1:3-4)
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas.
(Salmo 63:1)
El Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas.
(2 Timoteo 4:17)
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.
(Salmo 34:18)
Vio Dios… que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo. Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró al Señor… te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
(Jonás 3:10; 4:1-3)
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.
(1 Pedro 1:3)
Crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente.
(Hechos 6:7)
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
(Romanos 10:17)
Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
(Mateo 16:24)
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
(Juan 17:16)
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?… Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
(Mateo 2:1-3)
Señor, ¿qué es el hombre, para que en él pienses?… El hombre es semejante a la vanidad; sus días son como la sombra que pasa… Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el Señor.
(Salmo 144:3-4, 15)
Maldito el día en que nací… ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?
(Jeremías 20:14, 18)
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.
(Salmo 94:19)
El Señor es mi pastor; nada me faltará… Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.
(Salmo 23:1, 4)
Nuestro Salvador Jesucristo… quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.
(2 Timoteo 1:10)