La Buena Semilla
Versículos de junio 2022
Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo.
(Marcos 5:19)
Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha.
(Filipenses 2:14-15)
(Jesús) se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
(Juan 13:4-5)
(Jesús dijo:) No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
(Juan 17:15-17)
(Jesús dijo:) Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros; porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
(Juan 13:14-15)
Al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
(Santiago 4:17)
Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
(Eclesiastés 12:14)
De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres… y les ha prefijado el orden de los tiempos… para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
(Hechos 17:26-27)
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
(Romanos 8:38-39)
Muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos.
(Juan 2:23-24)
(Jesús dijo:) El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
(Juan 5:24)
(Jesús dijo:) Oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
(Mateo 6:9-10)
Otra vez… (Jesús) oró… diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
(Mateo 26:42)
Cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
(Lucas 23:33-34)
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
(2 Corintios 6:2)
No sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
(Santiago 4:14)
¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo el Señor?
(Éxodo 4:11)
El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?
(Salmo 94:9)
Dios… nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.
(Hebreos 1:1-2)
Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
(1 Timoteo 2:5)
Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
(2 Corintios 8:9)
La bendición del Señor es la que enriquece.
(Proverbios 10:22)
El Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado.
(Isaías 50:4)
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
(Isaías 53:4-5)
En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos.
(2 Timoteo 3:1-2)
Acuérdate de Jesucristo.
(2 Timoteo 2:8)
Le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice el Señor. Ciertamente tendré de él misericordia.
(Jeremías 30:21; 31:20)
Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito.
(Salmo 147:4-5)
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria?
(Salmo 8:4)
El diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
(1 Juan 3:8)
El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
(Romanos 16:20)
Una mujer cananea… clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio… Despídela, pues da voces tras nosotros… Respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.
(Mateo 15:22-23, 28)
Le dijeron, pues, los otros discípulos (a Tomás): Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
(Juan 20:25)
¿No has sabido… que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
(Isaías 40:28)
Las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas.
(Romanos 1:20)
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
(Lucas 11:9)
Todas las cosas son posibles para Dios.
(Marcos 10:27)
Contigo (Dios) está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
(Salmo 36:9)
En él (el Verbo) estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
(Juan 1:4)
(Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(Mateo 11:28)
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
(Apocalipsis 3:20)
No hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
(Hebreos 4:13)
Mi pecado te declaré… Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
(Salmo 32:5)
No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor.
(2 Timoteo 1:7-8)