Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más riguroso; HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
2 porque en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, este es hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
3 Y si ponemos freno en la boca a los caballos para que nos obedezcan, también dirigimos todo su cuerpo. He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves, siendo tan grandes e impulsadas por vientos muy fuertes, son dirigidas por un muy pequeño timón, por donde el piloto quiere. Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna.
5 Así también la lengua es un miembro pequeño y se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡cuán grande bosque enciende un poco de fuego! Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!
6 La lengua es un fuego, un mundo de iniquidad; puesta en medio de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por el gehena, inflama el curso de nuestra vida. Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
7 Porque toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de animales marinos se doma y ha sido domada por el género humano; Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana:
8 pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal desordenado, llena de veneno mortal. Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado; llena de veneno mortal.
9 Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a semejanza de Dios. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios.
10 De la misma boca sale bendición y maldición. No conviene, hermanos míos, que esto suceda así. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas.
11 ¿Acaso una fuente echa por la misma abertura agua dulce y amarga? ¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga?
12 Hermanos míos, ¿puede una higuera dar olivas, o la vid higos? La fuente salada tampoco puede dar agua dulce. Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, ó la vid higos? Así ninguna fuente puede hacer agua salada y dulce.
13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Que por una buena conducta muestre sus obras con la dulzura de la sabiduría. ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.
14 Pero si tenéis en vuestros corazones celos amargos y rivalidad, no os jactéis, mintiendo contra la verdad. Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriéis, ni seáis mentirosos contra la verdad:
15 Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino terrenal, natural, diabólica. Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica.
16 Porque donde hay celos y rivalidad, allí hay confusión y toda práctica perversa. Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
17 Pero la sabiduría de arriba es primeramente pura, luego pacífica, moderada, complaciente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera. Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para los que procuran la paz. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.
navigate_before Santiago 2 Santiago 4 navigate_next
arrow_upward Arriba