Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por eso el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él.
2 Amados, ahora somos hijos de Dios; y aún no ha sido manifestado lo que seremos. Pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes á él, porque le veremos como él es.
3 Y todo el que tiene esta esperanza en él se purifica, así como él es puro. Y cualquiera que tiene ésta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
4 Todo el que practica el pecado también practica la iniquidad; porque el pecado es la iniquidad. Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley.
5 Y sabéis que él fue manifestado para quitar los pecados, y en él no hay pecado. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
6 Todo el que en él permanece, no peca; todo el que peca, no le ha visto ni le ha conocido. Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
7 ¡Hijitos, nadie os engañe! El que practica la justicia es justo, como él es justo. Hijitos, no os engañe ninguno: el que hace justicia, es justo, como él también es justo.
8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto fue manifestado el Hijo de Dios, para destruir las obras del diablo. El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
9 Todo el que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque su simiente permanece en él; y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
10 En esto son manifiestos los hijos de Dios y los hijos del diablo: El que no practica la justicia, ni ama a su hermano, no es de Dios. En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo: cualquiera que no hace justicia, y que no ama á su hermano, no es de Dios.
11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. Porque, éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos á otros.
12 No como Caín, quien era del maligno y mató a su hermano. Y ¿por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. No como Caín, que era del maligno, y mató á su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
13 No os extrañéis hermanos, si el mundo os odia. Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece.
14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en la muerte. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte á vida, en que amamos á los hermanos. El que no ama á su hermano, está en muerte.
15 Todo el que odia a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. Cualquiera que aborrece á su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí.
16 En esto conocemos el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y le cierra su corazón, ¿cómo puede habitar el amor de Dios en él? Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere á su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?
18 Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con hechos y de verdad. Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad.
19 En esto conocemos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestro corazón delante de él. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él.
20 Porque si nuestro corazón nos condena, Dios es mayor que nuestro corazón, y él lo sabe todo. Porque si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.
21 Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos para con Dios; Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
22 y todo cuanto pidamos lo recibimos de él; porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que es agradable ante él. Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros, como él nos lo mandó. Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos á otros como nos lo ha mandado.
24 El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. En esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos dio. Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
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