Biblia paralela

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1 ¡AY de ti que saqueas, y tú no has sido saqueado, que obras pérfidamente, y no obraron pérfidamente contigo! cuando acabares de saquear, tú serás saqueado; y cuando dieres fin a obrar pérfidamente, obrarán pérfidamente contigo. ¡AY de ti, el que saqueas, y nunca fuiste saqueado; el que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabares de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabares de hacer deslealtad, haráse contra ti.
2 ¡Jehová, ten misericordia de nosotros! a ti te hemos esperado; ¡sé tú el sostén de los oprimidos cada mañana, la salvación nuestra también en el tiempo de apretura! Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, á ti hemos esperado: tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación.
3 ¡A causa de una voz tumultuosa, huyen los pueblos; al levantarte tú, oh Jehová, son dispersadas las naciones! Los pueblos huyeron á la voz del estruendo; las gentes fueron esparcidas por tus levantamientos.
4 Y será recogido vuestro despojo, como la oruga recoge la hierba; como corren de aquí para allá las langostas, así correrán los hombres sobre él. Mas vuestra presa será cogida como cuando cogen las orugas: correrá sobre ellos como de una á otra parte corren las langostas.
5 ¡Ensalzado es Jehová; sí, él habita en las alturas; ha llenado a Sión de equidad y de justicia! Será ensalzado Jehová, el cual mora en las alturas: llenó á Sión de juicio y de justicia.
6 Y serán la estabilidad de tus tiempos y fortaleza de salvación, la sabiduría y la ciencia: y el temor de Jehová será su tesoro. Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y la fuerza de la salvación: el temor de Jehová será su tesoro.
7 ¡He aquí que sus valientes claman afuera, nos embajadores de paz lloran amargamente! He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente.
8 Desoladas están las calzadas; ya no hay viandantes; el enemigo ha roto el pacto, desprecia las ciudades, no hace cuenta de hombre alguno. Las calzadas están desechas, cesaron los caminantes: anulado ha la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres.
9 La tierra está de luto y desfallece; el Líbano está avergonzado y languidece; Sarón se ha tornado en desierto, y el Basán y el Carmelo sacuden sus hojas. Enlutóse, enfermó la tierra: el Líbano se avergonzó, y fué cortado: hase tornado Sarón como desierto; y Basán y Carmel fueron sacudidos.
10 ¡Ahora me levantaré, dice Jehová, ahora me ensalzaré, ahora me glorificaré! Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré ensalzado, ahora seré engrandecido.
11 ¡Ah enemigos, concebiréis hojarasca, pariréis paja; vuestro mismo resoplido enciende el fuego que os consumirá! Concebisteis hojarascas, aristas pariréis: el soplo de vuestro fuego os consumirá.
12 Y serán los pueblos como combustiones de cal; como espinos cortados, serán quemados en el fuego; Y los pueblos serán como cal quemada: como espinas cortadas serán quemados con fuego.
13 Escuchad, los que estáis lejos, lo que yo he hecho; reconoced, los que estáis cerca, mi poderío. Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los cercanos, conoced mi potencia.
14 Aterrados están los pecadores en Sión, temblor se ha apoderado de los impíos. ¿quién de entre nosotros habitará el fuego devorador? ¿quién de entre nosotros habitará en los ardores eternos? Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sobrecogió á los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿quién de nosotros habitará con las llamas eternas?
15 Aquel que anda en justicias y habla rectitudes, que rechaza con desprecio la ganancia de opresiones, que sacude sus manos de contacto con los sobornos, que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias, que cierra sus ojos para no ver el mal; El que camina en justicia, y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos por no recibir cohecho, el que tapa su oreja por no oír sangres, el que cierra sus ojos por no ver cosa mala:
16 éste morará en las alturas; su guarida será en las fortificaciones de las peñas; su pan le es dado, su agua es segura. Éste habitará en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de acogimiento; se le dará su pan, y sus aguas serán ciertas.
17 Tus ojos contemplarán al Rey en su hermosura, mirarán la tierra que está muy lejos. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.
18 Tu corazón entonces recapacitará el terror de hoy, diciendo: ¿Dónde está el secretario? ¿dónde está el que pesaba el dinero? ¿dónde está el que contaba las torres? Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del pesador? ¿qué del que pone en lista las casas más insignes?
19 No verás más a aquel pueblo fiero, pueblo de habla profunda, que no puedes comprender, de lengua extraña que no puedes entender. No verás á aquel pueblo espantable, pueblo de lengua oscura de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.
20 ¡Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes! tus ojos verán a Jerusalem, morada tranquila, tienda que no ha de removerse; sus estacas no serán arrancadas jamás, ni ninguna de sus cuerdas será rota; Mira á Sión, ciudad de nuestras solemnidades: tus ojos verán á Jerusalem, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.
21 sino que allí, en majestad, Jehová será para nosotros como lugar de anchurosos ríos y corrientes; por donde no andará galera con remos, ni pasará gallardo navío. Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera, ni por él pasará grande navío.
22 Porque Jehová es nuestro Juez, Jehová es nuestra Legislador, Jehová es nuestro Rey; el nos salvará. Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey, él mismo nos salvará.
23 Tus jarcias, oh Asirio, están aflojadas; no pueden mantener derecho el mástil, no pueden extender la vela: se reparte entonces el botín de despojos abundantes; y hasta los cojos arrebatan la presa. Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela: repartiráse entonces presa de muchos despojos: los cojos arrebatarán presa.
24 Y no dirá más el habitante: Estoy enfermo; al pueblo que mora en ella le habrá sido perdonada su iniquidad. No dirá el morador: Estoy enfermo: el pueblo que morare en ella será absuelto de pecado.
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