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Nuevo Testamento
Colosenses
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Destinatarios y saludos
Efesios 1:15-19; Filipenses 1:3-6; 1 Tesalonicenses 1:2-4
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre.
Acciones de gracias y oraciones
3 Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, siempre orando por vosotros, 4 al oír de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis por todos los santos, 5 a causa de la esperanza reservada para vosotros en los cielos, de la cual habéis oído por la palabra de la verdad del evangelio, 6 que ha llegado a vosotros, como a todo el mundo, y está dando fruto y creciendo, como también entre vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad; 7 como la aprendisteis de Epafras, nuestro amado consiervo, que es fiel ministro de Cristo por vosotros, 8 el cual también nos informó de vuestro amor en el Espíritu.
La intercesión del apóstol
Filipenses 1:9-11
9 Por esto también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar a Dios y pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría e inteligencia espiritual; 10 para que andéis como es digno del Señor, con el fin de agradarle en todo, dando fruto en toda buena obra, y creciendo por el conocimiento de Dios; 11 fortalecidos con todo poder, según la potestad de su fuerza, para toda paciencia y longanimidad, 12 con gozo, dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 quien nos liberó del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor; 14 en quien tenemos la redención, el perdón de nuestros pecados.
La preeminencia y la obra de Cristo
Juan 1:1-3, 14, 16; Efesios 2:13-19; 5:23-27; Hebreos 1
15 El cual es [la] imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, 16 porque en él fueron creadas todas las cosas: en los cielos y sobre la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, o dominios, o principados, o potestades; todas las cosas fueron creadas por medio de él y para él; 17 y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas subsisten en él. 18 Y él es la cabeza del cuerpo, de la iglesia; él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo él tenga la preeminencia. 19 Porque, en él, toda la plenitud se complació en habitar; 20 y mediante él reconciliar todas las cosas consigo, sean cosas de la tierra, ya sean las de los cielos, haciendo la paz por medio de la sangre de su cruz.
Los colosenses, partícipes de la salvación
21 Y a vosotros, que en otro tiempo erais extranjeros y enemigos por vuestros pensamientos y malas obras, 22 ahora os ha reconciliado en el cuerpo de su carne mediante la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprochables delante de él; 23 si en verdad permanecéis en la fe, fundamentados y firmes, sin dejaros mover de la esperanza del evangelio que oísteis, que fue proclamado en toda la creación bajo el cielo; del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.
Trabajos y luchas de Pablo por los colosenses
1 Corintios 2:7-13; Efesios 3:1-13
24 Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, y estoy completando en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; 25 de la que fui hecho ministro, conforme a la administración de Dios, que me fue dada para con vosotros, para completar la palabra de Dios; 26 el misterio que ha estado oculto desde los siglos y desde las generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos; 27 a quienes Dios quiso dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. 28 Él es a quien anunciamos, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabiduría, para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo; 29 para lo cual también trabajo, luchando según la fuerza que obra en mí con poder.
Inquietud de Pablo por la fe de los colosenses
1 Porque quiero que sepáis qué gran lucha sostengo por vosotros, y por los de Laodicea, y por todos los que no han visto mi rostro; 2 para que sean consolados sus corazones, y que, unidos en amor, alcancen toda la riqueza de una plena seguridad de comprensión, para el conocimiento del misterio de Dios, 3 en el cual están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Advertencias contra las falsas doctrinas
4 Digo esto para que nadie os engañe con palabras persuasivas. 5 Pues, aunque estoy ausente físicamente, estoy con vosotros en espíritu, gozándome al ver vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. 6 Así, como recibisteis a Cristo Jesús el Señor, andad en él; 7 arraigados y edificados en él, consolidados en la fe, como fuisteis enseñados, abundando en acciones de gracias.
La obra de Cristo y la libertad que se deriva de ella
8 Mirad que nadie os lleve cautivos por medio de la vana y engañosa filosofía, conforme a la tradición de los hombres, según los elementos del mundo, y no según Cristo; 9 porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad; 10 y estáis completos en él, quien es la cabeza de toda autoridad y potestad; 11 en quien también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al despojaros del cuerpo carnal, por la circuncisión de Cristo, 12 sepultados con él en el bautismo, en quien también fuisteis resucitados mediante la fe en la operación de Dios que le resucitó de entre los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en los delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó juntamente con él, perdonándonos todos los delitos, 14 borrando el acta escrita contra nosotros, [que consistía] en decretos y nos era contraria, la suprimió clavándola en su cruz; 15 y despojando a las autoridades y a las potestades, las exhibió en público, triunfando sobre ellas [en la cruz].
Contra la falsa ascesis, según los «elementos del mundo»
16 Nadie, pues, os juzgue por la comida o la bebida, o a propósito de un día de fiesta, o de nueva luna, o sábado; 17 lo cual es una sombra de las cosas venideras, pero el cuerpo es de Cristo. 18 Nadie con afectada humildad y culto de los ángeles os prive del premio. Estos alardean de pretendidas visiones, vanamente envanecidos por su mente carnal, 19 no teniéndose con firmeza a la Cabeza, de la que todo el cuerpo, alimentado y unido por coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. 20 Si moristeis con Cristo a los elementos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis aún en el mundo, os sometéis a decretos tales como: 21 No tomes, ni gustes, ni toques? 22 Todas estas cosas están destinadas a perecer con el uso y son según preceptos y enseñanzas de hombres. 23 Los cuales tienen, a la verdad, apariencia de sabiduría, con una voluntaria devoción, una falsa humildad y duro trato para el cuerpo; pero no tienen ningún valor contra los deseos de la carne.
La vida nueva en Cristo
Efesios 5:3-20; 4:17-21; Filipenses 3:18-21; 1 Juan 3:1-3
1 Si, pues, fuisteis resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. 2 Pensad en las cosas de arriba, no en las de la tierra; 3 porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, quien es nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Exhortaciones a la santidad, a la caridad y a la piedad
5 Mortificad, pues, vuestros miembros terrenales: fornicación, impureza, pasión desordenada, malos deseos, y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia; 7 en las que también vosotros anduvisteis en un tiempo, cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora renunciad, vosotros también, a todo lo que es: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras obscenas de vuestra boca.
Las relaciones en la Iglesia
2 Corintios 5:17; Efesios 4:17 al 5:8
9 No mintáis unos a otros, habiendo despojado el viejo hombre con sus prácticas, 10 y revestido el nuevo [hombre], el cual se va renovando en conocimiento, según la imagen de aquel que lo creó, 11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es todo y en todos. 12 Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de entrañas de compasión, bondad, humildad, afabilidad, paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, [haced] también vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas, [revestíos] del amor, que es el vínculo de la perfección. 15 Y la paz de Cristo, a la cual fuisteis llamados en un solo cuerpo, gobierne en vuestros corazones; y sed agradecidos. 16 La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, en toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos unos a otros, con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando [con gracia] en vuestros corazones a Dios. 17 Y todo cuanto hagáis, en palabra o en obra, [hacedlo] todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Las relaciones domésticas
Efesios 5:22 al 6:9; 1 Timoteo 6:1-2; 1 Pedro 2:18 al 3:7
18 Esposas, someteos a vuestros maridos como conviene en el Señor. 19 Maridos, amad a vuestras esposas y no seáis duros con ellas. 20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto es agradable en el Señor. 21 Padres, no irritéis a vuestros hijos, para que no se desanimen. 22 Siervos, obedeced en todo a los que según la carne son vuestros amos; no obedeciendo solo bajo sus miradas, como queriendo agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo al Señor. 23 Y todo cuanto hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que de parte del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. A Cristo el Señor servís. 25 Porque el que obra mal, recibirá lo que hizo mal; y no hay acepción de personas.
1 Amos, conceded a vuestros siervos lo que es justo y equitativo; sabiendo que también tenéis un Amo en el cielo.
Exhortación a la oración y a la sabiduría
Efesios 6:18-20; 5:14-17; 4:29
2 Perseverad en la oración, velando en ella con acciones de gracias; 3 orando al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la Palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo ([misterio] por el que estoy preso), 4 para que yo lo declare, tal como debo hablar. 5 Andad con sabiduría para con los de afuera, aprovechando cada ocasión. 6 Vuestra palabra sea siempre [con gracia], sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Misión de Tíquico y de Onésimo
7 Tíquico, el hermano amado, fiel ministro y consiervo mío en el Señor, os informará de todas mis cosas. 8 Lo he enviado a vosotros para esto mismo, a fin de que conozcáis el estado de nuestras cosas, y que él consuele vuestros corazones, 9 con Onésimo, fiel y amado hermano, quien es uno de vosotros. Ellos os informarán de todo lo de aquí.
Saludos
10 Os saluda Aristarco, mi compañero de prisión, y Marcos el primo de Bernabé (acerca de quien recibisteis órdenes; si viene a vosotros, recibidle), 11 y Jesús, el llamado Justo. Estos son los únicos de la circuncisión que colaboran conmigo para el reino de Dios, y han sido un consuelo para mí. 12 Os saluda Epafras, quien es uno de vosotros, siervo de Cristo Jesús, siempre luchando por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y bien asegurados en toda voluntad de Dios. 13 Porque de él doy testimonio que tiene mucha preocupación por vosotros, y por los de Laodicea y los de Hierápolis. 14 Os saluda Lucas, el médico amado, y Demas. 15 Saludad a los hermanos de Laodicea, y a Ninfas, y a la iglesia que está en su casa. 16 Y cuando sea leída esta carta entre vosotros, haced que sea leída también en la iglesia de los laodicenses; y que vosotros también leáis la de Laodicea. 17 Y decid a Arquipo: Mira por el ministerio que has recibido en el Señor, para que lo cumplas. 18 El saludo escrito con mi mano, Pablo. Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros.