Gracia, dirección y gobierno

Salmo 32 y Salmos 25, 33, 34, 35


person Autor: Frank Binford HOLE 119

flag Temas: Dios da las direcciones, la dependencia El gobierno de Dios hacia los creyentes


Fuente: Scripture Truth

1 - La gracia en el Antiguo Testamento

No se habla mucho de la gracia en el Antiguo Testamento. La palabra en sí aparece unas 40 veces; la mitad de ellas se refieren a “encontrar gracia” a los ojos de sus semejantes, pero Dios no tiene nada que ver con ello. En unos pocos pasajes aparece la idea de que Dios da gracia como, por ejemplo: «Gracia y gloria dará Jehová» (Sal. 84:11). Pero estos pasajes son raros; hay otros en los que se dice, o Dios dice, que es un «Dios misericordioso» o que «da gracia». Por tanto, se puede decir que, en el Antiguo Testamento, la gracia de Dios es un hecho reconocido, pero no destacado.

2 - La gracia en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento es un hecho preeminente, especialmente en las Epístolas, y allí descubrimos por qué ocupaba un lugar tan pequeño en el Antiguo Testamento. En relación con la primera venida de Cristo, se dice: «La gracia de Dios que trae la salvación ha sido manifestada» (Tito 2:11). En consonancia con esto, también se dice que después del período de la Ley, «la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo» (Juan 1:17). La gracia siempre ha existido en Dios, pero no fue hasta la aparición de Cristo cuando salió plena y francamente a la luz.

3 - La gracia en el Antiguo Testamento sin ser nombrada

Leyendo los Escritos del Antiguo Testamento, se nos dan repetidamente vislumbres de la gracia de Dios, incluso donde no se la nombra. Un ejemplo llamativo lo encontramos en el Salmo 32:1-7. Este pasaje presenta la gracia de Dios en el perdón y la liberación, concedidos a quienes confiesan honestamente su culpa y su miseria. David tuvo una profunda experiencia de esto, por la gravedad de su pecado y la profunda convicción que tuvo cuando se lo hicieron sentir. Él comparte esta experiencia con nosotros en este Salmo. Es, por supuesto, una experiencia por la que todos tenemos que pasar para obtener la bendición de la que habla este Salmo.

4 - La gracia conocida hasta que se deja de ser consciente del pecado

Hay, sin embargo, una gran diferencia entre David y nosotros. Él no pudo disfrutar de no «más conciencia de pecado» como nosotros (Hebr. 10:2). Vivía bajo la Ley, que era solo «sombra de los bienes venideros». Sus sacrificios no podían «nunca… perfeccionar a los que se acercan» (Hebr. 10:1). Podía conocer y conoció la bendición de ser perdonado de este o aquel gran pecado, pero no podía conocer la purificación «una vez por todas» que trae el Evangelio. Solo cuando Cristo vino y fue «ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos» (9:28), los adoradores, «una vez purificados, ya no tendrían más conciencia de pecados». Así que podemos leer lo que está escrito en el Salmo 32 en todo su sentido –un sentido que David nunca pudo haber tenido en su mente cuando lo escribió.

5 - La falta culpable, el fraude, el gemido

5.1 - La falta culpable

El patrón general de estos 7 versículos se aplica a toda alma convertida, sin excepción, aunque puede haber muchas variaciones en los detalles. Todos comenzamos con la falta culpable. Podemos hablar de transgresión, de pecado y de iniquidad, como hace el Salmo; cada una de estas palabras tiene un significado particular, pero todas se agrupan bajo el epígrafe general de la falta culpable.

5.2 - El fraude

A continuación, viene el fraude. Significa engaño, hipocresía, deshonestidad y falta de honradez. Siempre sigue a la falta culpable y lo ha hecho desde el principio, como atestigua el Génesis 3. En cuanto nuestros primeros padres se sintieron culpables, trataron de esconderse de Dios y culpar a los demás. Todo ser humano hace lo mismo. Es un instinto profundamente arraigado en nuestra raza caída.

5.3 - Los gemidos, los rugidos

El fraude es un acto miserable; solo conduce al gemido, pues eso es lo que significa la palabra «rugir» (v. 4). David gimió muy pronto, porque la mano disciplinante de Dios estaba sobre él día y noche, y se estaba consumiendo. Lo expresa de una manera vívida y pictórica: «Se volvió mi verdor en sequedades de verano». Es una mala señal si un pecador no gime por su falta culpable y su fraude, porque significa que es insensible a ello, y que Dios puede estar aplazando si intervención hasta el próximo día de retribución. Es deseable que el gemido se produzca rápidamente.

5.4 - La confesión

El gemido debe continuar hasta que tenga lugar la confesión. El pecado debe ser reconocido. La iniquidad que había sido cuidadosamente ocultada debe ser traída a la luz de la presencia de Dios. Las transgresiones deben ser confesadas no simplemente al hombre, sino primero «a Jehová». Esto es lo contrario del fraude. Se invierte completamente la actitud anterior; se abandona todo engaño e hipocresía. Es la franqueza y la honestidad ante Dios.

La confesión conduce directa e inmediatamente a recibir y gozar de la gracia. Como dice David: «Tú perdonaste la maldad de mi pecado». Tiene la certeza de gustar la bienaventuranza del hombre «cuya transgresión ha siso perdonada, cubierto su pecado», porque ha descubierto su pecado. La confesión de David hizo, condujo a que Dios cubriera su pecado. David se puso en orden con Dios.

5.5 - La confianza

Pero hay más. En cuanto David está en regla con Dios, todo cambia. En lugar de ser objeto de temor, Dios se convierte en objeto de su confianza. Sabe cómo encontrar a Dios y cómo orarle. Ha descubierto que puede esconderse en Dios, donde encuentra refugio y protección cuando se ve amenazado por las tormentas y preocupaciones de esta vida; pues, aunque la cuestión de su pecado está resuelta, los problemas persisten. Su actitud corresponde al dicho atribuido a Agustín(*): La mejor manera de huir de Dios es huir hacia él.

(*) San Agustín (354 al 430), fue un escritor, teólogo y filósofo cristiano. Después de su conversión, fue obispo de Hipona, al norte de África desde donde dirigió una serie de luchas contra las herejías de los maniqueos, los donatistas y el pelagianismo (Wikipedia).

5.6 - Cantos de triunfo sobre la liberación

Hemos anotado 6 puntos en estos versículos: 3 relativos a la falta culpable y 3 a la gracia que la borra. El punto culminante es el séptimo que anotamos: «Con cánticos de liberación me redearás». Liberado de la falta culpable de su pecado, y del intenso peso de las preocupaciones, estaba gozoso. Así es la gracia de Dios.

6 - Dios guía – Salmo 32:8-9

Ahora llegamos al hecho de ser guiados, es decir, a recibir instrucciones; esto desconcierta a mucha gente. Los versículos 8-9 lo resumen muy sencillamente, sin decir todo lo que hay que decir sobre el tema, pero dando los dos elementos esenciales: la promesa expresa de estar guiados por Dios, y una advertencia sobre la necesidad de que tengamos un corazón inteligente.

6.1 - Dios guía (da instrucciones)

Una vez que nuestra relación con Dios es correcta, que nuestros pecados son perdonados, que Dios mismo es nuestro refugio y los cánticos de liberación nos rodean, Dios nos guiará. Nótese que no hay ningún «si» al respecto.

La afirmación es precisa y sin matices: «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos». En el salmo siguiente, también leemos que el ojo de Jehová está sobre los que le temen, pero allí es para librarlos (33:18-19); aquí es para guiarlos. Así pues, en cuanto al cuidado y la benevolencia de Dios, sin duda podemos contar con sus consejos.

6.2 - La inteligencia espiritual - la brida y el freno

Pero, por nuestra parte, no podemos en modo alguno dar por adquirida la inteligencia espiritual que poseemos y que nos permite beneficiarnos de los consejos que nos son dados. Es muy posible que seamos como el caballo o el mulo. El versículo nos dice: «Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti». La brida y el freno son siempre incómodos y a veces dolorosos. El caballo se detiene a menudo con un tirón desagradable, porque no entiende las intenciones de su amo. Nosotros podemos ser exactamente así. La brida y el freno de circunstancias desagradables pero apremiantes pueden a menudo detenernos de repente, o conducirnos bruscamente por un camino inesperado. Cuando Dios actúa así, podemos estar agradecidos, aunque no sea la mejor manera de ser guiados.

6.3 - Dios enseña mediante su Palabra escrita – Salmo 25

Dios desea que tengamos entendimiento para apreciar su instrucción, su enseñanza y su consejo, que encontramos ante todo en su Palabra. No hace falta decir que debemos estudiarla diligentemente, pero también debemos estar en un buen estado moral para beneficiarnos de nuestro estudio. Este estado de espíritu no está descrito en el Salmo 32, pero sí en el Salmo 25, donde leemos:

  • «Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera».
  • «Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios».
  • Y «La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto» (v. 9-10, 14).

Estos versículos se centran en 3 cosas: la dulzura o mansedumbre, la obediencia y el temor de Jehová. Dulzura o mansedumbre significa someter y acallar nuestra propia voluntad. La obediencia significa aceptar y cumplir la voluntad de Dios. El temor de Jehová significa ser consciente de su presencia, respetarlo y estarle sumiso, lo que conduce a la mansedumbre y a la obediencia. Si poseemos estas características morales y espirituales, nos beneficiaremos de los consejos que nos son dados.

En conclusión, si tenemos un problema para ser guiados, proviene de nuestro propio estado espiritual. Desde el punto de vista objetivo, en lo que se refiere a la luz y la dirección que vienen de Dios, y por lo tanto lo que es externo a nosotros mismos, no hay dificultad porque Dios se compromete a guiarnos. Desde el punto de vista subjetivo, se requiere inteligencia y espiritualidad por nuestra parte para discernir y responder a la dirección dada; ahí es donde surgen las dificultades.

6.4 - ¿Cómo ser guiado en los detalles?

El Salmo 32 contiene la promesa de instruir y enseñar, pero no especifica, cómo el Salmo 25 lo hace: observando «sus testimonios» los caminos de Jehová serán libres y verdaderos para nosotros; ahora bien, sus testimonios tienen la forma de las Sagradas Escrituras. La Palabra de Dios es la fuente principal de toda luz para guiarnos. En ella encontramos los grandes principios de acción que deben regirnos. No debemos esperar encontrar en las Escrituras los pequeños detalles que son peculiares a cada uno de nosotros. Sin embargo, podemos buscar y encontrar consejos en muchas circunstancias complejas si permanecemos en el temor del Señor, si esperamos en él en oración con un espíritu de mansedumbre, y si obedecemos lo que sabemos de su Palabra revelada.

No estamos diciendo que siempre estaremos seguros y conscientes de ser guiados, en ese momento. Cuando la Palabra de Dios nos dirige claramente y la obedecemos, podemos estar seguros. En los pequeños detalles de la vida, cuando se trata de adónde iremos y qué haremos, podemos ser guiados de manera feliz si estamos en buen estado, si, con mansedumbre y obediencia, no buscamos nuestro propio placer, sino el de Dios. Se ha comprometido a guiarnos y lo hará. Lo único que nos impedirá de serlo, es aferrarnos a nuestra propia voluntad o a nuestros propios placeres. Si caminamos con sencillez, con juicio de sí mismos, deseando su gloria en nuestras decisiones, siempre tendremos motivos para estar agradecidos cuando, al mirar atrás, descubramos que fue su mano la que nos guio.

7 - El gobierno de Dios

7.1 - La acción gubernamental de Dios no siempre es visible

Antes de llegar al final del Salmo 32, tenemos un tercer gran tema: el gobierno de Dios. La gracia está bastante bien expuesta, ocupando 7 versículos. El hecho de conducir ocupa solo 2 versículos, pero, como ya hemos dicho, el Salmo 25 trata este tema con mayor profundidad. Solo se dedica un versículo al gobierno de Dios, pero todos los Salmos 33 al 35 tratan de este importante asunto. No olvidemos que Dios gobierna el universo moralmente y que ha ordenado las cosas para que la gente recoja lo que siembra, en esta misma vida. Esto siempre ha sido así y lo sigue siendo hoy. Las diferentes dispensaciones no afectan a este funcionamiento. Esto se aplica a los hombres del mundo, y especialmente a los santos. A menudo se piensa que el hombre del mundo escapa al funcionamiento del gobierno de Dios en esta vida. Esto se debe a que corre hacia el juicio final y el choque final se producirá en ese momento. En el Salmo 73 se nos da la solución a este problema. El santo no viene al juicio. La cuestión criminal (si podemos usar ese término) derivada de sus pecados ha sido resuelta eternamente; pero la cuestión gubernamental permanece, y es de particular importancia. No es raro ver a un santo caer bajo la mano de Dios en disciplina por un pecado, mientras que un incrédulo que ha hecho exactamente lo mismo escapa.

Sin embargo, en general, el impío que practica el mal cosecha las penas, y el hombre piadoso que confía en el Señor está rodeado de misericordia. Eso es lo que dice el versículo 10; así deberían ser las cosas. Pero vivimos en un estado de cosas en el que a menudo prevalece lo anormal, por lo que la ejecución del gobierno de Dios suele ser complicada. Por eso es necesario profundizar en esta cuestión en los 3 salmos siguientes.

7.2 - Salmo 33

El Salmo 33 celebra la justicia de Dios expresada en todos sus actos: «Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad. Él ama la justicia y el juicio» (v. 4-5). El salmista habla a continuación de la rectitud y la firmeza de todas sus obras en la creación, mientras que, por otra parte, el consejo de las naciones y los designios de los pueblos quedan reducidos en nada. Pero si, desde su morada, Dios contempla a los hijos de los hombres y los castiga, también es verdad que está «el ojo de Jehová sobre los que le temen… para librar sus almas» (v. 18-19). Su santo gobierno actúa en ambas direcciones: contra los impíos, pero también a favor de su pueblo.

7.3 - Salmo 34

El Salmo 34 desarrolla este tema del gobierno de Dios actuando a favor de los piadosos. Los versículos 12-16 están citados en 1 Pedro 3:10-12, para establecer el hecho de que, si el cristiano hace el bien, a cambio del mal y de los insultos que pueda recibir del mundo, heredará una bendición para sí mismo. Si siembra bendición, cosechará bendición. Así es en el gobierno de Dios.

En el versículo 15 de este salmo, también se nos dice que «los ojos de Jehová están sobre los justos». Esta vez, no es para guiar, como en el Salmo 32. Tampoco es para liberar, como en el Salmo 33. Es en gobierno, para escuchar su clamor y actuar a favor de ellos. Pero, notemos que actúa así por «los justos».

Es un punto importante, porque plantea la cuestión del estado espiritual que debe caracterizarnos. Este carácter se destaca claramente a lo largo del salmo.

Si leemos el salmo con atención, descubriremos no solo que Dios actúa en gobierno en favor de su pueblo, sino también que el pueblo por el que actúa es descrito como:

  • «Este afligido»
  • «Los que le temen»
  • «El hombre que confía en él»
  • «Sus santos»
  • «Los que buscan al Señor»
  • «Los justos»
  • «Los quebrantados de corazón»
  • «Sus siervos».

Es una bella lista. Sin embargo, las cualidades mencionadas no son las que admira el mundo, sino todo lo contrario. Son las que Dios aprueba, las que le hacen intervenir en favor de quienes las poseen.

No se compromete a intervenir inmediatamente, pero intervendrá, tarde o temprano. El peligro, claro está, es que, en lugar de ser pobres de espíritu, de caminar en el temor de Dios y buscar su rostro con el corazón quebrantado, de confiar en él y servirlo, nos tomemos la justicia por nuestra mano. Entonces nos abandona a nuestra suerte y nos dejará cosechar el fruto de nuestros propios caminos. Es entonces cuando, a menudo, nos encontramos bajo un gobierno que se aplica más bien al mundo.

7.4 - Salmo 35

El Salmo 34 dice que está «la ira de Jehová contra los que hacen mal» (v. 16), pero es el Salmo 35 el que detalla este aspecto de las cosas. Este salmo explica extensamente cómo Dios llevará finalmente a los impíos y a los perseguidores a la vergüenza y al juicio. Los pobres y necesitados que son siervos de Jehová serán liberados y llevados a la prosperidad en el día en que Dios llevará a sus enemigos a la confusión y la destrucción; estos, como paja ante el viento, irán a la destrucción por un camino oscuro y resbaladizo. Tal será el gobierno de Dios sobre ellos en esta vida. Hay, por supuesto, el oscuro lago de la Gehena ante ellos en la vida venidera, pero ese no es el tema del salmo.

8 - Conclusión

Para nosotros, la conclusión de todo esto es la siguiente: la gracia nos introduce en una vida de piedad y devoción; tal vida de piedad es el secreto de un camino en el que somos guiados por Dios, y en el que somos objeto de su santo gobierno que actúa en nuestro favor y no en corrección contra nosotros.