1 - Introducción
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(Fuente: ediciones-biblicas.ch)
«Las doctrinas más interesantes, así como el conocimiento más profundo de las Escrituras, pueden dejar el corazón frío y estéril. Es a Cristo a quien debemos buscar y hallar en la Palabra; y, cuando lo hallamos, debemos alimentarnos de él por la fe. Esto nos dará la frescura, la unción y el poder de vida que tanto necesitamos en estos días de frío formalismo. ¿Qué valor tiene una ortodoxia fría sin un Cristo vivo, conocido en todo su poder y en toda la excelencia de su Persona? La sana doctrina es, sin duda, de inmensa importancia; y todo fiel siervo de Cristo se sentirá imperiosamente llamado a retener “la forma de las sanas palabras” (2 Timoteo 1:13). Pero, después de todo, un Cristo vivo es el alma y la vida, la esencia y la sustancia de la sana doctrina».
C. H. M.