Biblia paralela
# | Moderna 1929 | Reina-Valera revisada 1909 |
---|---|---|
1 | DESPUÉS de esto, hubo fiesta de los judíos; y Jesús subió a Jerusalem. | DESPUÉS de estas cosas, era un día de fiesta de los Judíos, y subió Jesús á Jerusalem. |
2 | Y en Jerusalem, junto a la puerta de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betesda, el cual tiene cinco pórticos. | Y hay en Jerusalem á la puerta del ganado un estanque, que en hebraico es llamado Bethesda, el cual tiene cinco portales. |
3 | En éstos estaba echada una muchedumbre de enfermos, ciegos, cojos, tísicos [que esperaban el movimiento del agua. | En éstos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua. |
4 | Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y revolvía el agua: el primero, pues, que entraba, después de movida el agua, quedaba sano de cualquiera enfermedad que tuviese]. | Porque un ángel descendía á cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese. |
5 | Y estaba allí cierto hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. | Y estaba allí un hombre que había treinta y ocho años que estaba enfermo. |
6 | Viéndole Jesús tendido, y conociendo que hacía mucho que estaba así, le dijo: ¿Quieres ser sano? | Como Jesús vió á éste echado, y entendió que ya había mucho tiempo, dícele: ¿Quieres ser sano? |
7 | Respondióle el enfermo: Señor, no tengo quien me meta en el estanque, cuando el agua fuere revuelta; y así mientras yo voy, otro baja antes que yo. | Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estanque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido. |
8 | Jesús le dice: Levántate, alza tu lecho, y anda. | Dícele Jesús: Levántate, toma tu lecho, y anda. |
9 | Y al instante quedó sano aquel hombre; y alzando su lecho, echó a andar. Pero era el sábado aquel día. |
Y luego aquel hombre fué sano, y tomó su lecho, é íbase. Y era sábado aquel día. |
10 | Decían, pues, los judíos al que había sido sanado: Sábado es, y no te es lícito llevar tu lecho. | Entonces los Judíos decían á aquel que había sido sanado: Sábado es: no te es lícito llevar tu lecho. |
11 | Mas él les respondió: Aquel que me sanó, él mismo me dijo: Alza tu lecho, y anda. | Respondióles: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. |
12 | Ellos le preguntaron: ¿Quién es ese hombre que te ha dicho: Alza tu lecho, y anda? | Preguntáronle entonces: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? |
13 | Mas el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había retirado luego de él por haber un gentío en aquel lugar. | Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. |
14 | Hallóle después Jesús en el Templo, y le dijo: He aquí ya estás sano; no peques más, no sea que te suceda otra cosa peor. | Después le halló Jesús en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor. |
15 | Se fué el hombre, y dijo a los judíos que era Jesús quien le había sanado. | Él se fué, y dió aviso á los Judíos, que Jesús era el que le había sanado. |
16 | Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, por cuanto hacia estas cosas en el sábado. | Y por esta causa los Judíos perseguían á Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado. |
17 | Mas Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro. | Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro. |
18 | A causa de esto los judíos procuraban con mayor empeño matarle; porque no solamente quebrantaba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios. | Entonces, por tanto, más procuraban los Judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también á su Padre llamaba Dios, haciéndose igual á Dios. |
19 | Jesús, pues, respondió y les dijo: En verdad, en verdad os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque cuanto éste hace, esto hace el Hijo también de igual manera. | Respondió entonces Jesús, y díjoles: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre: porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente. |
20 | Porque el Padre ama al Hijo, y le manifiesta todo cuanto él hace; y le manifestará obras mayores que éstas, de modo que vosotros os maravilléis. | Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de suerte que vosotros os maravilléis. |
21 | Pues como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. | Porque como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo á los que quiere da vida. |
22 | Porque el Padre no juzga a ninguno, mas todo el juicio lo ha encomendado al Hijo; | Porque el Padre á nadie juzga, mas todo el juicio dió al Hijo; |
23 | para que todos honren al Hijo de la misma manera que honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. | Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. |
24 | En verdad, en verdad os digo, que quien oye mi palabra, y cree a aquel que me envió, tiene vida eterna, y no entra en condenación, sino que ha pasado ya de muerte a vida. | De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida. |
25 | En verdad, en verdad os digo, que viene la hora, y ahora es, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyen vivirán. | De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios: y los que oyeren vivirán. |
26 | Pues como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo que tenga vida en sí mismo; | Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dió también al Hijo que tuviese vida en sí mismo: |
27 | y le ha dado potestad de ejecutar juicio, por cuanto él es Hijo del hombre. | Y también le dió poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del hombre. |
28 | No os maravilléis de esto; porque viene tiempo en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, | No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; |
29 | y saldrán; los que hicieron bien, para resurrección de vida, y los que hicieron mal, para resurrección de condenación. | Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación. |
30 | De mí mismo no puedo hacer nada: según oigo, juzgo; y mi juicio es justo; porque no procuro mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió. | No puedo yo de mí mismo hacer nada: como oigo, juzgo: y mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, mas la voluntad del que me envió, del Padre. |
31 | Si yo solo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. | Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. |
32 | Otro es el que da testimonio de mí; y yo sé que el testimonio que él da de mí es verdadero. | Otro es el que da testimonio de mí; y sé que el testimonio que da de mí, es verdadero. |
33 | Vosotros enviasteis a Juan, y él ha dado testimonio a la verdad. | Vosotros enviasteis á Juan, y él dió testimonio á la verdad. |
34 | Mas no de parte de hombre alguno, es el testimonio que yo recibo: empero digo estas cosas para que vosotros seáis salvos. | Empero yo no tomo el testimonio de hombre; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. |
35 | Él era una antorcha que ardía y resplandecía; y vosotros quisisteis alegraros por algún tiempo en su luz. | Él era antorcha que ardía y alumbraba: y vosotros quisisteis recrearos por un poco á su luz. |
36 | Empero el testimonio que yo tengo mayor es que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha dado que cumplir, las mismas obras que hago, dan testimonio de mí que el Padre me ha enviado. | Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan: porque las obras que el Padre me dió que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado. |
37 | El Padre también que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Vosotros nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su apariencia. | Y el que me envió, el Padre, él ha dado testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer. |
38 | Y no tenéis su palabra morando en vosotros; pues no creéis a quien él envió. | Ni tenéis su palabra permanente en vosotros; porque al que él envió, á éste vosotros no creéis. |
39 | Escudriñad las Escrituras, porque pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; | Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. |
40 | y no quereis venir a mí para que tengáis vida. | Y no queréis venir á mí, para que tengáis vida. |
41 | Gloria por parte de los hombres no recibo. | Gloria de los hombres no recibo. |
42 | Mas yo os conozco, y sé que no tenéis el amor de Dios en vosotros. | Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. |
43 | Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibís: si otro viniere en su propio nombre, a éste sí recibiréis. | Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís: si otro viniere en su propio nombre, á aquél recibiréis. |
44 | ¿Cómo podéis creer, vosotros que recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que solo de Dios viene? | ¿Cómo podéis vosotros creer, pues tomáis la gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que de sólo Dios viene? |
45 | No penséis que os acusaré yo ante el Padre: vuestro acusador es Moisés, aquel en quien tenéis puesta vuestra esperanza. | No penséis que yo os tengo de acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis. |
46 | Pues si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí: porque de mí escribió él. | Porque si vosotros creyeseis á Moisés, creeríais á mí; porque de mí escribió él. |
47 | Mas si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? | Y si á sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis á mis palabras? |