¿Qué pensamientos deben gobernar mi corazón cuando me siento ante el Señor para recordarlo?


person Autor: Frank Binford HOLE 119

flag Tema: La cena del Señor


Es difícil responder a una pregunta de este tipo sin asumir una posición de controlador y director de los pensamientos y afectos del corazón que está bastante fuera de nuestro alcance, y por lo tanto sin tocar una prerrogativa del Espíritu Santo de Dios. Solo él es la fuente y la energía de todos los pensamientos y afectos sensibles en el corazón del creyente. Él es la «unción del Santo» por la que conocemos «todas las cosas» y «como su unción os enseña acerca de todo, es verdad y no mentira» (1 Juan 2:20, 27).

Pero, por otro lado, tenemos la Palabra de Dios, y en particular los pasajes de los Evangelios y de 1 Corintios 10 y 11 que se relacionan con la cena del Señor, con su institución y su significado, y podemos someter con seguridad nuestros pensamientos a su dirección, sabiendo que nunca habrá conflicto entre la unción del Espíritu en el interior y su inspiración en el exterior en la Escritura.

Por tanto, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que, cuando recordamos al Señor, nuestra mente puede estar gobernada por pensamientos como los que hay en 1 Corintios 11:23-29, por ejemplo.

Pensamos en el propio Señor: «En memoria de mí».

A la «noche en que fue entregado». Sus circunstancias y todos los que participaron en ellas.

A “su cuerpo entregado por nosotros”, simbolizado por el pan.

A “su sangre derramada”, simbolizada por el vino, y al nuevo pacto vinculado a ella.

A “su regreso”, la gran culminación a la que todas las cosas conducen.

(Extractado de la revista «Scripture Truth», Volumen 12, 1920, páginas 185)


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