La Buena Semilla
Versículos de marzo 2023
Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
(Juan 8:11-12)
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
(Juan 6:68)
María… sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
(Lucas 10:39)
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
(1 Corintios 1:9)
(Jesús preguntó a sus discípulos:) Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
(Mateo 16:15-16)
Sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.
(Juan 4:42)
La palabra del Señor vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo el Señor: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.
(Jeremías 1:11-12)
En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
(Juan 1:10-12)
Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
(Romanos 10:9)
¿Qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra el Señor nuestro Dios?
(Jeremías 16:10)
¿Se ocultará alguno, dice el Señor, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice el Señor, el cielo y la tierra?
(Jeremías 23:24)
Se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas.
(1 Timoteo 5:25)
Mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor, y fenecieron sin esperanza.
(Job 7:6)
Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
(1 Juan 5:11)
Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
(Génesis 5:24)
Andad como hijos de luz… comprobando lo que es agradable al Señor… Seáis… entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
(Efesios 5:8, 10, 17)
¿Dónde está Dios mi Hacedor?
(Job 35:10)
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
(Salmo 42:1-2)
Tu rostro buscaré, oh Señor.
(Salmo 27:8)
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
(Gálatas 2:20)
Dios… ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia.
(Hechos 17:30-31)
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
(Salmo 27:1)
He aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.
(Apocalipsis 3:9)
Estar con Cristo… es muchísimo mejor.
(Filipenses 1:23)
Estaremos siempre con el Señor.
(1 Tesalonicenses 4:17)
Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
(Hechos 17:27)
Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
(Filipenses 4:5)
(Jesús dijo:) El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
(Juan 14:23)
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
(Juan 15:9)
Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
(Lucas 15:6-7)
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
(Gálatas 5:1)
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré. Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
(Salmo 5:2-3)
Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?… Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.
(Juan 6:9-11)
Yo os he amado, dice el Señor; y dijisteis: ¿En qué nos amaste?
(Malaquías 1:2)
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
(Salmo 32:1)
Mirad a mí, y sed salvos.
(Isaías 45:22)
(El joven Samuel respondió:) Habla, porque tu siervo oye.
(1 Samuel 3:10)
Y hablaba el Señor a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero.
(Éxodo 33:11)
Dios… nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder.
(Hebreos 1:1-3)
Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; si la hallares tendrás recompensa.
(Proverbios 24:14)
El principio de la sabiduría es el temor del Señor.
(Salmo 111:10)
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
(Juan 3:5)
Siendo renacidos… por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
(1 Pedro 1:23)
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
(Efesios 6:1)
Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
(Proverbios 22:6)
Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.
(Hechos 3:19)
La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres.
(Tito 2:11)
Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
(Hebreos 4:7)
(Jesús dijo:) He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
(Apocalipsis 3:20)
(Jesús) habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
(1 Corintios 11:24-25)