¿Cómo esperamos el regreso del Señor?

1 de enero de 2021

«Yo, Jesús, envié mi ángel para dar testimonio de estas cosas a las iglesias. Yo soy la raíz y la posteridad de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la esposa dicen: ¡Ven! Y el que oye, diga: ¡Ven! Y el que tiene sed, venga. Y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida» (Apoc. 22:16-17).

«Pero una sola cosa hago: olvidando las cosas de atrás, me dirijo hacia las que están delante, prosigo hacia la meta, al premio del celestial llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil. 3:14).

 

La segunda venida del Señor Jesús es la meta que los creyentes deberían tener siempre en mente. Como el sentinela busca el presagio precursor del día al final de una larga y oscura noche, esperando «la estrella resplandeciente de la mañana».

 

Otras imágenes pueden ilustrar el final de esta espera:

  • la costa que parece cada vez más clara para el marinero cansado y zarandeado por las olas a medida que se acerca al puerto.
  • la perspectiva del regreso del soldado en el extranjero sobre el lejano campo de batalla. Los combates han sido duros, ha habido muchas dificultades, pero el hogar está cerca.

 

En este nuevo día, el «reposo sabático» (Hebr. 4:9-11) será alcanzado por aquellos que, afligidos y cansados, esperaban pacientemente ver al Señor cara a cara. Será el gran y hermoso reencuentro de todos los creyentes que la muerte ha separado tanto tiempo (padres, hijos, amigos...). Entonces todos los que «en la fe murieron» (Hebr. 11:13) serán alcanzados por los vivos. Serán «arrebatados con ellos en las nubes para el encuentro del Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor» (1 Tes. 4:17)

¡Qué alegría será, primero para el Señor, y luego para todos los suyos! Cristo se presentará la Asamblea, su esposa, «gloriosa… santa e inmaculada» (Efe. 5:27). Aquellos que han sido redimidos por la sangre del Cordero conocerán entonces la plena bendición del amor divino, y participarán con gozo eterno en la alabanza a Dios y a Cristo.

Según A.E. Booth


«Hijitos, es la última hora; y como habéis oído que el anticristo viene, aun ahora han surgido muchos anticristos; por esto sabemos que es la última hora» (1 Juan 2:18).

 

Los acontecimientos actuales muestran que la última hora está aún más cerca que cuando el apóstol Juan escribió su epístola. Bajo las máscaras de alegría, se esconden corazones dolorosamente vacíos. Los problemas del mundo empeoran, y los esfuerzos para resolverlos fallan. El edificio social y moral se está debilitando rápidamente, y donde debería haber luz vemos oscuridad espiritual; el modernismo y otras falsas religiones abundan.

 

La realidad del regreso de Cristo

El regreso de Jesús será uno de los más grandes y magníficos eventos que haya tenido lugar, y está cerca. Él mismo fue a preparar un lugar para los creyentes. Dijo: «Si voy y os preparo un lugar, vendré otra vez, y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, vosotros también estéis» (Juan 14:3). No hay duda en cuanto a esta promesa, porque fue dada por nuestro Señor que no puede mentir (Tito 1:2). La gente hoy en día se burla de esto, como en los días en que Noé anunciaba el diluvio; pero el diluvio vino y los destruyó a todos en su incredulidad (2 Pe. 2:5).

 

La rapidez del regreso del Señor

Volverá «en un instante, en un abrir y cerrar de ojos» (1 Cor. 15:52). «Los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivamos, los que quedamos, seremos arrebatados con ellos en las nubes para el encuentro del Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor» (1 Tes. 4:16-17). Entonces los juicios de Dios caerán sobre toda la tierra; será un día de ira, ante el cual nadie podrá subsistir (Apoc. 6:17).

 

El resultado del regreso de Cristo

Todos los derechos de Cristo serán restaurados, y la salvación de los creyentes será completada en gloria por la eternidad. Entonces tendremos cuerpos transformados en cuerpos inmortales e incorruptibles (1 Cor. 15:52-54), cuerpos como «su cuerpo glorioso» (Fil. 3:21).

 

¿Está usted listo para este gran evento histórico, tan cercano?

F.B. Tomkinson


«Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová?» (Amós 5:18).

 

En los días de Amós, hubo un mal generalizado que el profeta señala en particular: la audacia con la que el pueblo decía que deseaba «el día de Jehová». En medio de la confusión actual, en la que todos están participando, ¿no habéis oído decir a la gente: “Es cierto que el estado del cristianismo es espantoso, pero lo que es alentador es que el Señor pronto vendrá a poner todo esto en orden. –¿No es también «desear el día de Jehová», como el profeta lo reprochaba a los judíos? Luego les preguntó: «¿De qué os servirá el día de Jehová?».

Si camináramos en obediencia y santidad, ciertamente desearíamos ese día. Pero es una vana y atrevida ilusión de establecerse deliberadamente en lo que es contrario a la Palabra de Dios y luego decir que anhelamos «el día del Señor». Este parece ser precisamente el pecado de Israel que se denuncia aquí.

En general, no hay nada más peligroso o terrible que separar la enseñanza de la Biblia de su llamado a la conciencia. Puedo transformar las esperanzas dadas por la Palabra de Dios en un simple tema de imaginación. Al hacerlo, no dejo que la Biblia juzgue lo que hago; por lo tanto, es evidente que no estoy caminando en comunión con Dios. Está escrito: «El que tiene esta esperanza en él se purifica, así como él es puro» (1 Juan 3:3). Esto no solo significa que el Señor purificará todo lo que no es según él, cuando venga. Lo hará, es verdad, pero será mediante el juicio. Por lo tanto, que nadie se atreva a esperar ese momento para juzgar, en su vida, lo que no está de acuerdo con Dios. Tenemos que buscar esta purificación ahora, dejando que Dios obre en nosotros a través de su Palabra y de su Espíritu. Conocemos el amor de Cristo. Cristo es nuestra vida. Por lo tanto, no debemos tolerar nada en nuestras vidas que sea contrario a la Palabra de Dios. ¡Este es el único verdadero camino para los que esperan la venida del Señor!

W. Kelly


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