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«Apacentad la grey de Dios»
1 Pedro 5:1-4
Autor:
(Fuente autorizada: creced.ch – Reproducido con autorización)
1 Pedro 5:1-4 provee preciosas indicaciones a todos aquellos que sientan el llamamiento a un servicio pastoral dirigido a los hijos de Dios. Pedro, quien había recibido él mismo tal servicio de parte del Señor, presenta sus propias experiencias, dirigido por el Espíritu Santo. Nos estimulan también a no cansarnos en el servicio hacia nuestros hermanos en la fe. Si bien Pedro se dirige en primer lugar a los ancianos con el fin de exhortarlos, también nosotros podemos sacar de sus palabras principios generales muy valiosos para todos los servidores del Señor.
Sigamos con mucha atención los cinco puntos siguientes:
1 - Ánimo para el servicio pastoral
Todo servicio consagrado a nuestros hermanos y hermanas debería encontrar su móvil en el celo profundo de nuestro corazón. Dios no obliga a nadie a servirle, sino que desea que lo cumplamos en agradecimiento a él. La búsqueda de ganancia o de espíritu de dominio sobre los demás son tendencias carnales que no pueden más que perjudicar el servicio. Y Dios califica a aquellos que aman servirle con gozo.
2 - La seguridad en el servicio pastoral
Dios nos da una dichosa certeza cuando realizamos un servicio pastoral para con el prójimo. Sucede que se trata de su rebaño, de la «grey de Dios». Al ocuparnos en los errores y en las deficiencias de nuestros hermanos y hermanas, corremos el peligro de desalentarnos. Pero Dios no querría dirigir nuestros ojos hacia las faltas de los demás, sino hacia el maravilloso hecho de que los cristianos son sus ovejas, las que Él adquirió para sí. No se trata de nuestro rebaño, sino del rebaño de Dios.
3 - El ámbito del servicio pastoral
El apóstol Pedro exhorta a los ancianos: «Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros». El servicio pastoral comienza siempre por el ámbito más pequeño: el de la familia; luego, se extiende a los creyentes de la localidad. Dios ha asignado a cada uno su esfera de actividad, y también confía a algunos un servicio que se extiende más allá de su entorno inmediato. Estemos pues atentos a reconocer nuestra propia esfera de actividad, a ser fieles y a no sobrepasarla.
4 - La verdadera disposición del corazón en el servicio pastoral
Nos está presentada por estas palabras: «siendo ejemplos de la grey». Si no estamos dispuestos a seguir nosotros mismos humildemente al buen Pastor, nuestro servicio no será aceptado. No podemos esperar y exigir de los demás lo que nosotros mismos no queremos practicar. Dar el ejemplo, entonces, es algo sumamente importante.
5 - La remuneración en el servicio pastoral
Dios recompensará todo lo que sea hecho por amor a él. Al servidor fiel le está reservada «la corona incorruptible de gloria» (1 Pe. 5:4). Será dada cuando el Señor Jesús –presentado aquí como el Príncipe de los pastores– se manifieste, cuando venga a esta tierra. La remuneración no debería ser la verdadera motivación del servicio; sin embargo, es un estímulo dado por el Señor a fin de que no nos cansemos en el servicio para él.
Por encima de todo, tengamos siempre ante nuestros ojos a nuestro divino y perfecto Modelo, el Señor Jesús. Él solo podía definirse como el buen Pastor. ¡Qué gracia inmensa el poder conocerlo y estar a su servicio!