El Señor Está Cerca

Día del Señor
28
Diciembre

La gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz… dioses bajo la semejanza de hombres han descendido… Y el sacerdote de Júpiter… trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y… quería ofrecer sacrificios… Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodeándole los discípulos, se levantó.

(Hechos 14:11, 13, 19-20)

Listra: de la veneración al apedreamiento

Después de un periodo desafiante en Iconio, aunque espiritualmente enriquecedor, Pablo y Bernabé llegaron a Listra para predicar el evangelio. En este lugar, el Señor permitió que Pablo sanara milagrosa e instantáneamente a un hombre que jamás había caminado, pues era cojo de nacimiento. Los idólatras locales, al presenciar este milagro, aclamaron a los apóstoles como dioses: pensaron que Bernabé era Júpiter (Zeus), su deidad suprema; y que Pablo era Mercurio (Hermes), debido a su elocuencia. Según una leyenda local, estas dos deidades habían visitado la región en el pasado y habían sido tratadas injustamente, por lo que el sacerdote de Júpiter quería realizar sacrificios en su honor.

Los apóstoles, angustiados, rasgaron sus ropas y comenzaron a gritar que no eran más que hombres, al igual que el resto de las personas presentes. Entonces instaron a la multitud a abandonar sus vanas prácticas y convertirse al Dios vivo, el Creador de todo y el Benefactor de la humanidad. Sin embargo, resultó difícil evitar que la multitud llevase a cabo los sacrificios.

Poco después, judíos de Antioquía e Iconio llegaron a Listra y convencieron a las multitudes para que apedrearan a Pablo. ¡Cuán rápido cambia la actitud de las personas! En el caso del Señor Jesús, solo pasaron unos pocos días entre las exclamaciones de ¡Hosanna! y ¡Crucifícale! por parte de las mismas multitudes.

Pablo fue apedreado y arrastraron su cuerpo fuera de la ciudad. Pero cuando los discípulos se reunieron a su alrededor, él se levantó y volvió a la ciudad totalmente recuperado. Al día siguiente, los apóstoles partieron hacia Derbe.

Eugene P. Vedder, Jr

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