El Señor Está Cerca

Día del Señor
7
Diciembre

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

(Salmo 23:5)

El Salmo del Pastor

Durante la travesía de Israel por el desierto, el pueblo dudó de Dios y preguntó: “¿Podrá poner mesa en el desierto?” (Sal. 78:19). Esta duda surgió debido a una profunda falta de fe. Sin embargo, Dios había hecho brotar agua de la roca y les había suministrado pan del cielo, el maná.

El Señor siempre prepara mesa para su pueblo. En el Salmo del Pastor, leemos cómo él preparó mesa para el rey David, incluso en presencia de sus enemigos. Esto es algo a tener en cuenta, ya que el Señor también ha preparado una mesa para nosotros: la Mesa del Señor. Es maravilloso que podamos disfrutar de todos los privilegios cristianos que derivan del sacrificio de Cristo. La Cena del Señor es la máxima expresión de nuestra comunión, ya que no es simplemente un acto individual, sino la manifestación de que todos somos un solo pan (véase 1 Co. 10:16-17). Tanto nuestra vida cristiana como la celebración de la Cena del Señor son en presencia de nuestros enemigos, quienes son simples espectadores. Pablo escribió: “La muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1 Co. 11:26). En su sentido más puro, la palabra anunciar significa predicar. Debemos proclamar la muerte de Cristo en el mismo mundo que lo crucificó y rechazó: estamos en territorio enemigo. En la Cena del Señor, declaramos ante nuestros adversarios que el mismo que nos redimió también ha comprado el mundo entero. El mundo es suyo por derecho y también porque lo ha comprado. Cuando él vuelva, lo reclamará para sí según sus derechos.

Sin embargo, esto no se detiene ahí. Cristo nos ha sellado con el Espíritu Santo y nos ha marcado como suyos; ha ungido nuestras cabezas con aceite. No obstante, no debemos guardar solo para nosotros nuestra alegría y prosperidad, sino que nuestra copa debe desbordarse en un testimonio lleno de gracia hacia aquellos que están dispuestos a doblar sus rodillas ante Cristo, incluyendo a nuestros enemigos. Querido lector, ¿su copa está rebosando?

Brian Reynolds

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