El Señor Está Cerca

Lunes
1
Diciembre

Habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús, que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul… procurando apartar de la fe al procónsul… Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor.

(Hechos 13:6-8, 12)

Pafos: la luz se enfrenta a la oscuridad

Guiados por el Espíritu Santo, Bernabé y Saulo, acompañados de Juan Marcos, salieron de Antioquía para iniciar su viaje misionero. Viajaron por mar hasta Salamina en la isla de Chipre. A lo largo de su recorrido por la isla, predicaron la Palabra de Dios en las sinagogas judías. Al llegar a Pafos, se encontraron con un mago judío llamado Barjesús, cuyo nombre significa ««hijo de Jesús»». Este malvado hechicero, también llamado Elimas, estaba junto al procónsul (gobernador) de la isla y buscaba apartarlo de la fe.

Sergio Paulo, quien es descrito por el Espíritu como un varón prudente, mostró un profundo deseo por escuchar la Palabra de Dios. ¡Cuán emocionante debió haber sido para él cuando Pablo y Bernabé comenzaron a hablarle de la doctrina del Señor (v. 12)!

Cuando Elimas intentó interponerse, Pablo enfrentó a aquel malvado hechicero. Lo reprendió diciendo: “¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?”. Entonces pronunció un juicio sobre él, diciendo que la mano del Señor lo haría quedar ciego temporalmente. Inmediatamente, este hombre perverso quedó ciego y “buscaba quien le condujese de la mano” (v. 11). Lamentablemente, no se nos dice que haya mostrado arrepentimiento.

Este triunfo del poder divino sobre el poder satánico dejó una profunda impresión en el procónsul. Creyó, maravillado por la doctrina del Señor. La luz y la oscuridad, Cristo y Satanás, la verdad y la falsa religión siguen sin tener nada en común hasta el día de hoy.

Eugene P. Vedder, Jr.

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