El Señor Está Cerca

Sábado
8
Noviembre

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo… acerquémonos con corazón sincero.

(Hebreos 10:19, 22)

Adorar en espíritu y en verdad

Asociar la idea del santuario cristiano a cualquier edificio terrestre implica dejar la esfera cristiana y volver a la religión judía. Este acto no solo deshonra al Señor, sino que también es muy perjudicial para las almas, ya que las aleja de Dios y exige la necesidad de un sacerdocio humano que interceda entre ellos y Dios. Esta idea agrada al hombre natural ya que le da importancia a los hombres y rechaza “la libertad con que Cristo nos hizo libres” (Gá. 5:1).

Sin embargo, bendito sea Dios, hemos recibido el perdón de pecados y la libertad para entrar al lugar donde él está. Es por ello que se nos da la bienvenida: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia” (He. 4:16). ¿Somos conscientes de lo que significa estar detrás del velo, en la dulce percepción del perfecto amor de Dios y su perfecta paz, mientras nuestros corazones se dirigen al Padre en adoración y gratitud? Cabe resaltar que no se trata del pecador que se acerca para ser purificado, sino del adorador que entra con confianza, ya que ha sido purificado y no tiene ya más conciencia de pecado.

Por lo tanto, se nos insta a acercarnos con corazón sincero. Nuestro Señor mencionó este importante cambio en el carácter de la adoración cuando dijo: “Créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre… . Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad” (Jn. 4:21, 23). Por lo tanto, la adoración debe ser en espíritu, conforme a la naturaleza de Dios, y en verdad, en línea con la revelación de Dios acerca de sus pensamientos, tal como la hallamos en su Palabra. ¡Dichosos aquellos que adoran al Padre de esta manera!

H. H. Snell

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