El Señor Está Cerca

Miércoles
5
Noviembre

Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca.

(1 Pedro 2:21-22)

Cristo, nuestro ejemplo a seguir

Estos versículos nos presentan los sufrimientos de Cristo como un ejemplo a seguir para los cristianos. En Juan 13:36, el Señor le dijo a Pedro: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora”, ya que iba hacia la cruz para sufrir por nuestros pecados. En este sentido, el Señor Jesús estuvo solo, porque ni Pedro ni nadie puede compartir los sufrimientos expiatorios del Hijo de Dios. Sin embargo, Cristo sufrió por la justicia en su camino a la cruz, no por el pecado, y en este aspecto él es un ejemplo a seguir.

El pecado entró en el mundo por la desobediencia del hombre y sus trágicas consecuencias son evidentes. Esto ha causado mucho sufrimiento e injusticia en este mundo. En medio de estas circunstancias, el cristiano ha recibido una nueva naturaleza y se deleita en cumplir la voluntad de Dios, y todo el resto de cosas le resulta extraño.

Dios ha separado al creyente para la obediencia a Cristo, y el cristiano debe obedecer como Cristo obedeció. Al asumir el carácter celestial de Cristo, sus seguidores experimentaremos el odio y la oposición del mundo, tal como él sufrió el odio y el rechazo de este mundo. Sin embargo, él es un ejemplo para nosotros en relación con la forma en que respondió a esto. Soportó las crueldades del hombre, pero encomendó a sí mismo y al resultado en las manos de Dios. Descansó en la certeza de que Dios, en quien confiaba, juzgaría justamente.

Podemos hallar verdadera paz al confiar en que todo está en las manos de Dios. 1 Corintios 4:5 nos asegura que él “aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios”. ¡Ánimo! Dios juzgará todo según las balanzas del santuario.

Jacob Redekop

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