El Señor Está Cerca

Lunes
3
Noviembre

Jehová es mi pastor; nada me faltará.

(Salmo 23:1)

El Salmo del Pastor

Según muchos, el Salmo 23 es el pasaje más apreciado de toda la Biblia, ¡pero el que menos se cree en la práctica! En parte, esto es cierto. Este salmo nos enseña que tener un Pastor como este no debería ser simplemente una posición teológica o doctrinal, ni ciertas palabras dichas a la ligera, sino una experiencia viva y cotidiana. El Pastor es Jehová, el Dios eterno que cumple su pacto y se relaciona con su pueblo. En pocas palabras, no es un Dios lejano e indiferente, sino uno que se preocupa por los detalles de la vida de aquellos que creen en él.

Jehová es un pastor que cuida de sus ovejas: no les faltará nada, pues todas sus necesidades serán satisfechas. Esto se refuerza con el nombre hebreo Jehová-jireh utilizado en Génesis 22. Este nombre significa simplemente Jehová proveerá, y como sugiere el pasaje de Génesis, él provee no solo para nuestro sustento temporal, como se evidencia en su cuidado por las “aves del cielo” (Mt. 6:26), sino también para nuestro sustento espiritual: él se proveyó de un Cordero para el holocausto (comp. Gn. 22:8 con Jn. 1:29).

Este Pastor ha satisfecho nuestras necesidades, tanto actuales como eternas. Nunca nos faltará nada esencial, ni para el camino terrenal, ni para ser aptos para la herencia celestial (véase Fil. 4:19; Col. 1:12). Es interesante observar que el salmo anterior nos presenta la muerte de Cristo, y el siguiente su reinado como Rey en el milenio. En conjunto, forman una impresionante trilogía:

– Salmo 22: El Buen Pastor que da su vida por sus ovejas (Jn. 10:11);

– Salmo 23: El Gran Pastor, quien resucitó y vive por sus ovejas (He. 13:20);

– Salmo 24: El Príncipe de los pastores, quien vendrá a reinar con gloria inmarcesible (1 P. 5:4).

Este Pastor proveedor es suficiente para todas las cosas; si lo tenemos a él, ¿qué más podríamos necesitar?

Brian Reynolds

arrow_upward Arriba