El Señor Está Cerca

Jueves
9
Octubre

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.

(2 Timoteo 2:22)

Conducta personal

Es de suma importancia separarse de los vasos deshonrosos que hay en la casa grande de la cristiandad. Sin tal separación es imposible ser un vaso limpio, preparado para toda buena obra. El apóstol nos advierte acerca de los peligros personales, los cuales fácilmente se pasan por alto cuando se está obsesionado con las obscenidades de la sociedad. ¡Cuán necesario de tales cosas! El apóstol Pablo exhorta al creyente a ser un vaso separado, cuidando su conducta personal y manifestando las características de la nueva vida. Además de aplicarnos el lado negativo de la separación del mal, también debemos mantener el lado positivo siguiendo la justicia, la fe, el amor y la paz con otros que también lo hacen.

El creyente debe examinar su conducta para mantener un andar práctico acorde con la justicia, a semejanza de Cristo. Es inútil testificar contra el mal en la Iglesia y separarse de él si uno fracasa en su conducta personal. Aquellos que aún están atrapados por la misma iniquidad de la cual dicen haberse separado, verán su fracaso. Con razón lo estigmatizarán por llevar una conducta no cristiana. Por lo tanto, el apóstol le ruega a Timoteo, y a todo creyente que quiera ser fiel, que esté en guardia. Lo exhorta a que evite todo cuanto pueda contradecir e invalidar su testimonio respecto a la separación del mal.

Además de evitar las pasiones mundanas y carnales, también es preciso abstenerse de las pasiones características de la juventud como la confianza en uno mismo, la frivolidad, la impaciencia, la falta de dependencia en el Señor, el alarde de conocimiento y el apasionamiento por la controversia. Son cosas propias de la juventud, pero también pueden aparecer en creyentes mayores y arruinar su testimonio. Un vaso para honra no debe caracterizarse por estas pasiones tan típicas entre los jóvenes debido a su confianza en sí mismos. Debe huir de cualquier tendencia que pueda arrastrarlo a estas pasiones y abstenerse de todo lo demuestre una falta de espíritu sobrio, manso y humilde, que son cosas que caracterizan a quienes caminan con Dios.

R. K. Campbell

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