El Señor Está Cerca

Sábado
27
Septiembre

Sus muchos pecados le son perdonados… Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.

(Lucas 7:47-48)

Cristo perdona los pecados

En Lucas 7, el Señor le mostró a Simón el fariseo cuán ignorante con respecto a la naturaleza de su propio corazón y el corazón de Dios. Aunque Simón no le dio agua al Señor para lavarse los pies, una mujer pecadora lo hizo con sus lágrimas; Simón no le dio un beso de bienvenida, mientras que ella besó sus pies continuamente. Ella le dio al Señor todo lo que tenía, mientras que él, a pesar de tener al Señor en su casa, no le dio el lugar que le correspondía. El Señor Jesús, hablando de la mujer, dijo: “Sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama”. Esta mujer había llegado a conocer genuinamente el corazón de Dios, tal como se revelaba en Cristo. Aunque no podía explicarlo, la luz y el amor habían tocado su corazón. Esto me hace preguntar: ¿Por qué la cruz? En la cruz, Dios muestra su justicia contra el pecado y su amor por el pecador, y yo justifico a Dios en su amor bendito: como hijo de la sabiduría, justifico a la sabiduría (Mt. 11:19).

Entonces, vemos la respuesta de Cristo a la fe de la mujer: “Tus pecados te son perdonados”. Ella no lo sabía cuando entró en aquella casa, pero amaba a Cristo y confiaba en él; al salir de allí, todos sus pecados habían desaparecido. El Señor Jesús no le predicó una simple doctrina abstracta, sino que le proporcionó el consuelo necesario: “Tus pecados te son perdonados”. Dios ha enviado amor y luz aquí, pero también ha enviado perdón, según las riquezas de su gracia, satisfaciendo así nuestra necesidad.

Lo mismo sucedió con el malhechor en la cruz, a quien le dijo: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23:43). Aquel moribundo malhechor estaba siendo juzgado por el fruto de sus acciones ante los hombres, pero Cristo lo llevó ante Dios, convirtiéndose en un compañero adecuado en el paraíso. Sus pecados le habían sido perdonados. Y esta es una verdad que se aplica a todos los creyentes: “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (He. 10:14).

J. N. Darby

arrow_upward Arriba