El Señor Está Cerca

Martes
12
Agosto

Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.

(Romanos 8:36)

¿Quién contra nosotros?

Los cristianos podremos contemplar la belleza de Cristo antes de la manifestación pública de su gran poder, el cual transformará el mundo entero. Entonces, él se dirigirá hacia una victoria perfecta. En la actualidad, él está sentado en el cielo, con toda autoridad en él y sobre él (Mt. 28:18), aunque aún no la ejerce públicamente.

Ahora mismo nos hallamos en la misma posición que él ocupó en la tierra: como ovejas destinadas al matadero. ¡Ahí es donde nos deja, y ahí es donde nos sostiene! Nuestro Señor es un Salvador resucitado y ascendido a la gloria, y él cumple su palabra. A pesar de los esfuerzos de Satanás y de los hombres, y en medio de las circunstancias en la tierra, él ha mantenido para sí un pueblo de redimidos que lo reconocen como Salvador y Señor, y permite que haya un testimonio de la unidad aquí en este mundo.

En el tiempo presente, Cristo tiene comunión con su pueblo y los moviliza para el servicio. Los miembros del cuerpo no deben actuar a menos que Cristo, que es la Cabeza del cuerpo, sea quien los impulse. Ni siquiera Satanás puede actuar sin el permiso de Dios, el Soberano de todo. Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? Este pensamiento nos proporciona un gran consuelo. No es la falta de poder lo que retiene a Cristo de venir a esta tierra. Si quisiera, él podría venir antes de derrotar completamente a Satanás y establecer su reino. El hecho de que Israel no esté preparado no impedirá que Cristo se levante del trono de su Padre para venir y sentarse en su trono. Todos los propósitos de Dios se centran en Cristo, y nuestro deber es relacionarlo todo con él. Ahora bien, podemos oírlo decir: «Pronto llegará el momento en el que enfrentaré a Satanás, mientras tanto, te digo a ti, querido cristiano tembloroso: Te he puesto como testimonio, deja que las aguas fluyan incluso cuando todo esté en tu contra, y yo te ayudaré». Mientras que uno puede alzar la vista y decir «Estoy en espíritu con él». Si él fue el Cordero, yo debo ser una oveja. Puedo mirar hacia él y confiar en que me protegerá hasta el fin.

G. V. Wigram

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