El Señor Está Cerca

Día del Señor
3
Agosto

El Señor lo miró.

(Jueces 6:14 NBLA)

Cuando el Señor nos mira

En este versículo, la palabra hebrea traducida miró significa «girar el rostro». Cuando Jehová se volvió hacia él, Gedeón experimentó un cambio total en su vida y destino. Su acto privado de trillar el trigo en el lagar captó la atención de Dios. En este contexto, el trigo simboliza a Cristo, mientras que el lagar representa la presión y el sufrimiento. Gedeón quedó literalmente «patas para arriba» cuando se vio bajo la mirada de Dios. Después de este encuentro, él ya no podía seguir siendo la misma persona.

Cuando Pedro lo negó por tercera vez en la casa del sumo sacerdote, el Señor Jesús giró su rostro hacia él y lo miró (Lc. 22:61). Tal fue el impacto de esa mirada, tan llena de convicción y tristeza, que Pedro rompió en llanto de arrepentimiento.

El esposo le dice a la sulamita en el Cantar de los Cantares: “Aparta tus ojos de delante de mí, porque ellos me vencieron” (Cnt. 6:5). ¿Poseemos características espirituales y una singularidad en nuestros ojos que provoquen que el Señor se sienta vencido por nuestra mirada, fijando en nosotros su vista? ¿Su mirada es atraída por nuestra consagración a él? Es nuestra devoción por él, y solo por él, lo que atrae su mirada? “En tu luz veremos la luz” (Sal. 36:9). Quizás es todo lo contrario y él debe mirarnos correctivamente debido a nuestra baja condición espiritual. ¿Cuál es su caso querido lector? Es preferible permanecer en su amor y así atraer su mirada: “Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro” (Sal. 4:6), que estar en un condición de frialdad o tibieza que lo haga mirarnos correctivamente.

Pensemos en estas cosas al acercarnos ante los símbolos que él nos ha dejado para hacer memoria de él: “Pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa” (1 Co. 11:28).

F. S. W.

G. M. Lear

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