El Señor Está Cerca

Martes
29
Julio

Se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.

(1 Corintios 16:9)

¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

(Romanos 10:14)

La gran comisión sigue siendo importante

El apóstol Pablo demostró una intensa pasión y visión en la difusión de las buenas nuevas de salvación. Guiado por el Espíritu Santo, su determinación fue eficaz. Incontables vidas fueron transformadas por el Señor a través de este hombre. Hasta el día de hoy, su influencia sigue impactando a miles de personas.

Pablo comprendía que el Señor Jesús había instruido a sus discípulos a hacer discípulos de todas las naciones, enseñándoles a guardar todas las cosas que él les había mandado (Mt. 28:19). Dios dirigió y capacitó al apóstol para que desempeñara su papel en esta misión divina. Considerando la vida de aquel entonces, se trataba de un desafío monumental en una época sin medios de comunicación masivos. Pablo solo podía enseñar presencialmente, escribir cartas o preparar a otros para compartir la verdad. A pesar de sus recursos limitados, obedeció con fervor, eficacia y efectividad.

El mandato de Dios sigue estando vigente para nosotros hoy en día. Él nos ha encomendado la tarea de compartir con todas las naciones la redención a través de la sangre y la resurrección de Cristo. Comparado con Pablo, nosotros disponemos de una multitud de medios de comunicación, como la radio, la televisión, internet y los teléfonos móviles, los cuales nos permiten llegar a distintas latitudes del mundo. Podríamos hacer más discípulos aprovechando mejor estas tecnologías. Sin embargo, sería trágico si nos distraemos y dejamos de seguir el mandato de Dios.

Nos encontramos en un momento crítico en la historia de la Iglesia. La puerta de la oportunidad se encuentra abierta de par en par para que compartamos el evangelio a través de una variedad de métodos. Como creyentes, tenemos la responsabilidad de llevar a cabo la gran comisión de Cristo. Querido lector, tenga cuidado de que el ajetreo diario o la apatía le impidan ser obediente.

Tim Hadley, Sr.

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