Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
Este versículo profetiza la gran bendición que Israel experimentará al convertirse, dejando atrás la vergüenza e incredulidad que los han acosado durante siglos por haber rechazado y crucificado al Señor de gloria. Ellos lo rechazaron porque él no asumió una posición pública de poder, posición que le correspondía por derecho. Prefirió una postura de humildad y obediencia a Dios, y por ello fue despreciado. Este desprecio hacia el Señor de gloria por su humildad reveló una corrupción abominable y, como resultado, Israel ha sufrido durante siglos.
Cuando Cristo regrese, en un futuro cercano, y ellos vean a Aquel que traspasaron, se arrepentirán, lo aceptarán y finalmente reconocerán que él es Jehová, su Dios. ¡Será un momento de gran regocijo cuando él esté en medio de ellos! A pesar de la incredulidad de Israel, él amor del Señor por ellos no ha cesado, y en aquel día se regocijará sobre Israel con cánticos.
Hoy en día, mucho tiempo antes de que el Señor Jesús se goce de tal manera sobre Israel, él ya se regocija sobre su Iglesia. Los redimidos por su sangre tienen el privilegio de tener la dulce certeza de que él está en medio de ellos cuando se reúnen a su Nombre. “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:20). Cuando nos reunimos para hacer memoria de él durante el partimiento del pan, nos gozamos profundamente al meditar en todo lo que él es y lo que ha hecho, y él se regocija sobre nosotros con alegría y cánticos. Él dirige la alabanza y acción de gracias, y nosotros nos unimos gustosamente a este canto de adoración, porque él es, sin duda alguna, digno.
L. M. Grant
C. A. Wellesley
