El Señor Está Cerca

Martes
8
Julio

Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.

(Lucas 15:1-3)

El hijo pródigo

El Señor Jesús fue criticado por los líderes religiosos debido a su contacto con los pecadores. Los fariseos, aunque eran personas muy religiosas, no comprendían la gracia de Dios al buscar y recibir a los pecadores. En respuesta a estas acusaciones, Cristo relató una parábola de tres partes que ilustra el evangelio de la gracia de Dios. Las tres partes de esta parábola son: la historia de la oveja perdida, la historia de la moneda perdida y la historia del hijo perdido. Las dos primeras historias resaltan la iniciativa de Dios al buscar a los pecadores, pero la tercera nos presenta la gracia de Dios al recibirlos. Estas tres historias nos muestran el gozo de Dios al salvar a los pecadores.

En la primera parte, la historia de la oveja perdida, Cristo les enseñó a sus críticos una clara lección acerca de su misión de buscar a los pecadores perdidos y tener contacto con ellos, algo por lo cual lo estaban condenando. El pastor deja a las noventa y nueve ovejas para buscar a la única que se ha perdido. El gozo de Dios al encontrar a un pecador arrepentido contrasta con la actitud estrecha e hipócrita de los fariseos y otros grupos religiosos. La segunda parte de la parábola, en la que una mujer busca una moneda perdida con una lámpara, nos enseña una lección similar, pero posiblemente destacando la labor del Espíritu Santo en la búsqueda de los pecadores. Sin embargo, en la tercera parte de la parábola se nos revela el corazón de Dios como Padre, lleno de alegría y compasión al recibir a los pecadores.

Las tres partes de esta parábola nos muestran como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están involucrados en la misión de la gracia. Sin embargo, el Señor Jesús le da más énfasis a la historia del hijo pródigo, cuyos personajes son: un hijo perdido, un hermano orgulloso y un Padre amoroso.

Brian Reynolds

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