Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
¿Quién puede entender realmente la profundidad de su angustia, la aflicción de su alma, sus padecimientos y el mal que le fue infligido? En el jardín del Getsemaní, podemos vislumbrar algo de esta penuria y miseria (véase Lc. 22:44; He. 5:7). Estas palabras expresan parte de lo que implica la palabra hebrea aflicción en este versículo [trabajo en VM]. En esa hora oscura, ninguno de los discípulos se compadeció de él, pues se habían quedado dormidos. Pero ¿qué es esa penuria en comparación con su trabajo penoso y el sufrimiento de la cruz, especialmente cuando fue desamparado por Dios durante las tres horas de tinieblas? Él confesó cada uno de nuestros pecados y se identificó con ellos en sus sufrimientos: un trabajo inconmensurable para Aquel que es sin pecado.
Cuando Jesús dijo: “Consumado es”, lo hizo desde la perspectiva de Dios y se sintió satisfecho. Todas las justas y santas demandas de Dios, las altas exigencias de su justicia, santidad y amor fueron completamente satisfechas por el Hombre Cristo Jesús para la plena satisfacción y gloria de Dios. Con este conocimiento, Jesús pudo reclinar su cabeza, ya que Dios quedó eternamente satisfecho, habiendo aceptado todo el trabajo de su alma. Nada fue en vano. Sería una blasfemia añadir algo a su obra perfecta.
Es maravilloso que el Señor Jesús comparta su satisfacción y alegría con nosotros, incluso en estos mismos momentos. En el futuro, Israel se regocijará en ello y las naciones también sabrán lo que es este gozo. Esto contrasta con todo el trabajo y los problemas que él tuvo que enfrentar. Esta satisfacción nos recuerda el precio que él pagó para llevar muchos hijos a la gloria y justificar a muchos, aunque no a todos. Después de los juicios, “todo Israel será salvo” (Ro. 11:26) y todos en Israel nacerán de nuevo (véase Is. 60:21), ya que él cargó con sus iniquidades. Mientras que muchas personas creerán de entre las naciones, aunque no todos.
Alfred E. Bouter
