El Señor Está Cerca

Como fariseo, reconocido por su celo religioso, Saulo ya poseía mucha fuerza. Sin embargo, solo después de su encuentro con el Señor Jesús, cuando creyó y fue lleno del Espíritu Santo, leemos esta expresión: “Saulo seguía fortaleciéndose”. Ahora conectemos este versículo con 1 Timoteo 4:15-16, donde Pablo posteriormente anima a Timoteo: “Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos”. ¿No es maravilloso? Pablo, quien estaba ocupado en la Palabra de Dios, podía hablar a partir de su propia experiencia. Cuando consideramos su conversión y posterior progreso, vemos como su conocimiento previo, iluminado y guiado por el Espíritu Santo, resultó en un rápido aumento de fuerza y madurez espiritual.

Este mismo patrón de crecimiento espiritual puede aplicarse a nosotros cuando permitimos que la Palabra de Dios habite en nosotros, siendo enseñados y guiados por el Espíritu Santo. Al meditar en nuestro progreso espiritual, es común sentirnos decepcionados y buscar excusas al compararnos con el ejemplo de Pablo. En lugar de enfocarnos en sus experiencias y dones extraordinarios, debemos hacernos una pregunta honesta: ¿Estoy totalmente consagrado a estas cosas? La respuesta a esta pregunta revelará nuestro estado espiritual actual y nos mostrará el remedio de Dios, el cual es muy sencillo.

El conocimiento que Saulo adquiría se tradujo en acciones prácticas: “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que este era el Hijo de Dios” (v. 20). Más adelante, Pablo instruyó a Timoteo, diciéndole: “Ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” (1 Ti. 4:13). Esto demuestra que el crecimiento espiritual proviene del conocimiento de la Palabra y su aplicación práctica en nuestras vidas, siempre bajo la dirección del Espíritu Santo. Como resultado, somos fortalecidos, y este crecimiento es rápido cuando nos entregamos por completo a ello.

Alexandre Leclerc