Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas esta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
Esto sucedió durante la última visita de Jesús a Jerusalén. Mientras estaba en el templo, él se sentó frente al arca del tesoro y observó cómo los ricos depositaban sus ofrendas. Siglos antes, cuando el templo necesitaba reparaciones, el sumo sacerdote confeccionó un arca de donaciones y la colocó en la entrada del templo por orden del rey Joás. Las personas que entraban para hacer sacrificios podían contribuir libremente al costo de las reparaciones (véase 2 R. 12:9-15). El pasaje de hoy nos muestra que esta práctica se mantuvo por siglos.
Mientras Jesús observaba, se percató no solo qué daban las personas, sino también cómo lo hacían. Anteriormente, él había denunciado la ostentación al dar, e incluso había criticado a aquellos que hacían sonar una trompeta delante de ellos. En este caso, el Señor Jesús se dio cuenta que muchos ricos estaban dando grandes sumas de dinero. También vio cómo una viuda pobre echaba tan solo dos blancas-monedas de cobre que hoy en día no valen más de un centavo. Jesús resaltó el carácter de esta viuda tan humilde, reconociendo que su contribución era más valiosa que la de todos los demás. Aunque no hizo una proclamación pública que pudiera avergonzarla, compartió con sus discípulos cómo los demás estaban dando una parte de su abundancia, mientras que ella, a pesar de ser pobre, entregó todo lo que tenía. Solo tenía dos monedas de poco valor, y si daba tan solo una de ellas, es decir, la mitad de su posesión, ya habría sido un acto significativo. Sin embargo, eligió darlo todo, confiando plenamente en que Dios supliría sus necesidades.
Ciertamente, Dios no decepcionó a la viuda. Él valora cuando alguien da sacrificialmente. ¿Cómo fue con el Hijo de Dios? Él se hizo pobre y entregó su propia vida.
Eugene P. Vedder, Jr.