Me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
El edicto de Ciro para regresar a Jerusalén se emitió entre 90 y 100 años antes del tiempo de Nehemías. Por lo tanto, es probable que Nehemías no hubiera nacido cuando se promulgó dicho edicto. Aunque Esdras regresó a Jerusalén aproximadamente 10 a 15 años antes de los eventos narrados en Nehemías 1, no sabemos por qué Nehemías no lo acompañó en ese momento, cuando tuvo la oportunidad. Sin embargo, Nehemías ahora sentía un peso por su pueblo, y sabemos que Dios es un Dios de segundas oportunidades.
Nehemías comenzó investigando las necesidades (vv. 2-3), lo cual es un desafío para todos nosotros. ¿Cuánto conocemos acerca de la obra del Señor, no solo en nuestro país, sino también en otras partes del mundo? Después de obtener la información, Nehemías oró y, como resultado, Jehová puso en su corazón el deseo de ir. Años más tarde, el Señor Jesús instruyó a sus discípulos a orar al Señor de la mies para que envíe obreros, ya que la mies estaba lista para ser cosechada. En los versículos siguientes, él mismo los envió (véase Mt. 9:35-38; 10:5).
Algunos dicen que Nehemías hizo un gran sacrificio al abandonar un trabajo placentero en el palacio imperial. Sin embargo, al considerar la inmoralidad, la injusticia y el exceso en la comida y la bebida que vemos en la historia de Ester y el rey Asuero (véase Est. 1:3-9), queda claro que la corte real y el palacio imperial no conformaban un ambiente adecuado para un hombre temeroso de Dios.
Sin embargo, Nehemías no estaba motivado por aquello. Su deseo de ir estaba impulsado por una verdadera necesidad. Entendió que el pueblo de Dios estaba sufriendo mucho y consideró el honor de Dios en relación con el lugar donde había establecido su nombre.
¡Oh, que sintamos el mismo peso de Nehemías en relación con la iglesia de Dios!
Albert Blok
C. F. Alexander