El Señor Está Cerca

Martes
8
Abril

Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

(Salmo 19:1)

Salmo 19

Nuestro Dios es el Dios vivo, no es un Dios lejano e incomprensible que nos ha dejado sin una revelación de sí mismo. Al contrario, se ha manifestado en tres formas diferentes: a través de la creación, de la Biblia y de Cristo.

Estos tres aspectos de la revelación divina se presentan de manera sorprendente en el Salmo 19, como un extraordinario registro de los tres libros que Dios ha utilizado para revelarse: los cielos, las Escrituras y el Salvador.

La primera revelación de Dios se encuentra en la creación misma, específicamente en los cielos que el salmista llama “la obra de sus manos”. En la actualidad, los astrónomos han adquirido un mayor conocimiento sobre la inmensidad del universo creado. Sabemos acerca de las enormes distancias que conforman los cielos estelares y de las innumerables galaxias que contienen miles de millones de estrellas, muchas de ellas mucho más grandes que nuestro sol. Los científicos utilizan el término «principio antrópico» para describir cómo el universo parece estar afinado y adaptado de manera precisa para el ser humano. Todos estos descubrimientos no hacen más que confirmar y reforzar lo que ya sabemos: Dios creó el universo y nos colocó en él para que le diéramos gloria.

“No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz,” (vv. 3-4). La creación tiene voz y habla a la conciencia del ser humano, o al menos debería hacerlo. Por eso, el apóstol Pablo les habló de la creación de Dios a los paganos e idólatras atenienses (véase Hch. 17:23-27). Aunque no tenían la Biblia, ellos tenían el libro de la creación. Lamentablemente, el ser humano ignora, muchas veces voluntariamente, este testimonio del “eterno poder y deidad” de Dios, lo que lo hará “inexcusable” en el día del juicio (véase Ro. 1:19-20).

¡Qué grande es nuestro Dios! Su poder y entendimiento es infinito (Sal. 147:5).

Brian Reynolds

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