El Señor Está Cerca

La profecía de Isaías 6:9-10 no solo es una anticipación de lo que sucedería, sino también una declaración de juicio. Debido a la continua y sistemática desobediencia del pueblo de Israel, Dios los entregó a un endurecimiento o ceguera judicial. Ayer vimos cómo esto se cumplió durante el ministerio de Cristo, pero su alcance trasciende y aún continúa vigente.

El tercer uso de esta profecía lo encontramos al final del libro de los Hechos. El apóstol Pablo, quien estaba arrestado en Roma, testificó acerca del reino de Dios a los judíos. Algunos “asentían a lo que se decía, pero otros no creían” (Hch. 28:23-24). Pablo les recordó entonces las palabras de Isaías, como también lo hizo el Señor Jesús durante su ministerio en la tierra. “Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis” (Hch. 28:25-26). Pablo les demostró que Dios había rechazado a la nación y que el evangelio sería enviado a los gentiles, quienes sí iban a oír el mensaje del evangelio (véase Hch. 28:28).

Sin embargo, Dios no ha rechazado al pueblo de Israel para siempre. Su ceguera tiene un límite. Esto nos lleva a la cuarta y última referenciaa la profecía de Isaías.

Pablo escribió que Dios no ha desechado a su pueblo (v. 2). A pesar de que han sido cegados y les han sido dados “ojos con que no vean” (vv. 7-8), esta condición continuará solamente “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (vv. 25-26). Cuando sea añadido el último miembro del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, Israel se volverá al Señor y les será quitado el velo que “está puesto sobre el corazón de ellos” (2 Co. 3:14-15). Han pasado 2. 700 años desde que Isaías pronunció su profecía, y aún no se ha cumplido por completo. Dios siempre ve a largo plazo, pero ese día llegará muy pronto.

Brian Reynolds