El Señor Está Cerca

Viernes
28
Febrero

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

(Mateo 18:20)

Dos o tres

En todas las épocas, Dios es suficiente para su Iglesia. Es de suma importancia que nuestra fe se aferre a la verdad y que, sin importar la ruina de la Iglesia en la tierra, siempre encontremos en Cristo toda la gracia, fidelidad y poder necesarios para las circunstancias en las que se encuentre la Iglesia. Él nunca falla. Si tan solo dos o tres tienen fe para ello, deben reunirse. Descubrirán que Cristo está con ustedes.

Invoquen a Dios. Él puede proveer todo lo necesario para la bendición de los santos, y no duden de que lo hará. No busquemos asegurar la bendición a través de pretender ser algo que no somos. Lo que la Iglesia necesita es reconocer su ruina y necesidad, y volverse a Dios para refugiarse en él, a través de la confesión y separándose de todo mal conocido. Debemos reconocer la autoridad de Cristo, quien gobierna como Hijo sobre su casa, y al Espíritu de Dios como el único poder en la Iglesia. Debemos recibir a cada persona que él envíe, según el don que hayan recibido, y hacerlo con acción de gracias a Aquel que, a través de este don, constituye a tal hermano como siervo de todos bajo la autoridad del gran Pastor de las ovejas y Cabeza de su iglesia.

Si usted me pregunta qué debe hacer, le diré: ¿Por qué siempre piensa en hacer algo? La posición, aunque humilde, es bendecida plenamente por Dios. Consiste en confesar sus pecados que le han llevado a esta situación, humillarse ante el Señor y apartarse de todo mal conocido, confiando en Aquel que tiene el poder para proveer todo lo necesario para su bendición. No debe tomar más responsabilidad de la que la Palabra le autoriza. Por otro lado, solo el Espíritu Santo tiene el poder para reunir y edificar la Iglesia.

Existe una promesa positiva de que dondequiera que haya dos o tres personas congregadas en el nombre de Jesús, él está presente en medio de ellos. No hay ninguna promesa a favor del sistema por el cual los hombres organizan iglesias, pero sí hay una promesa para aquellos que se reúnen solamente en el nombre de Jesús.

J. N. Darby

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