El Señor Está Cerca

Día del Señor
9
Febrero

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.

(Isaías 53:2)

He aquí mi Siervo

En la historia de la humanidad, las cosas tienden a empeorar, como se ve en Génesis 3 - 4 con nuestros primeros padres y su familia. Este patrón se ha repetido desde entonces. Sin embargo, con la llegada del Mesías, encontramos a alguien completamente diferente. No importa cuán malas sean las circunstancias, cuán difícil sea el entorno o cuán severa sea la oposición, Él siempre sube. En hebreo, la expresión subirá tiene la misma raíz que la palabra holocausto: dando la idea de algo que siempre asciende hacia Dios.

La expresión renuevo o planta tierna (VM) resalta su vulnerabilidad desde una perspectiva humana. A pesar de esto, ¡representa el poder y la fortaleza de Dios! Esto nos recuerda la aparente contradicción entre la debilidad y la necedad de Dios, y su poder y sabiduría manifestados en nuestro Señor Jesucristo en la tierra. El ministerio de Pablo también reflejó esta fuerza en la debilidad (véase 1 Co. 1:17-2:8; 2 Co. 12:9 NBLA).

Aunque muchos buscan señales asombrosas y poderosas, no están dispuestos a aceptar a un Dios que se manifiesta en la debilidad. Sin embargo, aquellos que lo hacen, aceptan y siguen al Señor Jesús en sus propios términos, no según los deseos humanos.

La frase “como raíz de tierra seca” describe las cualidades del Señor Jesús en este mundo. Su entorno no le brindaba beneficios. Al contrario, él obtuvo todos sus recursos, por así decirlo, de lo alto, no de su entorno, donde no había nada que fuera agradable a la vista, ni apariencia majestuosa ni rasgos impresionantes.

Isaías 53:2-3 describe al pueblo judío en un día futuro, cuando, con genuino arrepentimiento, mirarán a Aquel que traspasaron (véase Zac. 12:10), en quien no vieron hermosura ni atractivo. Hoy en día, todo aquel que se acerque a Dios con verdadero arrepentimiento y confiese sus pecados, puede hacer suyas las palabras de esta confesión, reconociendo su participación en el rechazo del Mesías.

Alfred E. Bouter

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