El Señor Está Cerca

Sábado
11
Enero

Nabuzaradán… hizo quedar en tierra de Judá a los pobres del pueblo… y les dio viñas y heredades…

(Jeremías 39:10, 14-18)

Los últimos días en el Libro de Jeremías

Aunque Jerusalén había sido capturada, el pueblo de Jehová aún tenía alguien en torno de quien reunirse: Gedalías. En nuestros días, nosotros tenemos a nuestro Señor Jesucristo, quien permanece como el centro de reunión incluso cuando todo lo demás ha fracasado.

Me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿Quién o qué les quedaba a aquellos que todavía se reunían con Gedalías?

En primer lugar, deberíamos fijarnos quiénes quedaron. Se nos dice que fueron los pobres, aquellos que no tenían nada. Sin embargo, estos pobres recibieron viñas y campos. En cuanto a nosotros, no tenemos nada ni somos nada por nosotros mismos, pero ¡con qué riquezas hemos sido bendecidos (véase Ef. 1:3)! Las viñas nos hablan del gozo de la comunión con el Padre y el Hijo, un gozo que aún podemos experimentar en nuestros días (véase 1 Jn, 1:1-3). Los campos nos hablan de que si cultivamos lo que se nos ha dado, si realmente lo valoramos, obtendremos frutos de los cuales extraer primicias para nuestra adoración y alabanza (Dt. 26:1-11).

En segundo lugar, Jeremías fue llevado a Gedalías. Hoy en día, en la iglesia, cuando nos reunimos en torno al Señor, también tenemos a disposición la palabra profética (véase 1 Co. 14:29-33). No se trata de la profecía en el sentido de predecir el futuro o dar una nueva revelación, sino en el sentido de recibir una palabra de parte del Señor para las necesidades y circunstancias actuales.

En tercer lugar, Ebed-melec fue preservado durante la caída de Jerusalén. Su nombre significa «siervo del rey» y es maravilloso que incluso si los derechos de nuestro Señor Jesús han sido negados por muchos verdaderos cristianos, todavía tenemos el privilegio de servirlo mientras esperamos su pronto regreso.

Kevin Quartell

arrow_upward Arriba