Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones.
Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.
En el Isaías 42:1-7, Jehová se dirige a su siervo, nuestro Señor Jesucristo. En medio de estos versículos, encontramos esta notable declaración: “Yo… te sostendré por la mano”. Para tomarse de la mano, dos personas tienen que estar caminando juntas. Esto nos recuerda la declaración de Génesis 22:6: “Y fueron ambos juntos”. Aunque se trata de Abraham e Isaac, ciertamente podemos ver allí la imagen de otro Padre y otro Hijo. Qué estrecha era la comunión entre el Padre y su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, mientras él anduvo en este mundo.
En Isaías 41:13, tenemos a Jehová dirigiéndose a su pueblo. En medio de un mundo de peligro, prueba y tentación, les dice que lo asirá de su mano derecha. Israel, como nación, rechazó esto, pero la oportunidad aún está abierta para usted y para mí. ¿Estamos dispuestos a rendir nuestra propia voluntad a la suya? Si él va a tomar nuestra mano, no podemos seguir nuestro propio camino, o proseguir nuestra propia voluntad. Debemos caminar con él. Véase el ejemplo perfecto del Señor Jesús: “He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Jn. 6:38). Pero qué maravillosas son las bendiciones si él nos toma de la mano. “No temas”, nos dice. El camino está lleno de peligros y pruebas, pero no debemos temer si él nos lleva de la mano. También nos dice que nos ayudará. Cuántas veces sentimos la necesidad de sabiduría y fuerza en las circunstancias que enfrentamos. Nuestro Padre está listo y dispuesto a ayudarnos y dirigirnos en todo lo que tengamos que afrontar en este mundo.
Kevin Quartell
