El Señor Está Cerca

Jueves
7
Noviembre

Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

(1 Samuel 15:22)

¿Qué es más importante que los sacrificios?

A menudo pensamos que el servicio y los sacrificios son muy importantes en nuestra vida cristiana. Así es como solemos evaluar la fidelidad y la madurez en nosotros mismos y en los demás. Sin embargo, la Escritura nos muestra que esto no es lo que Dios valora realmente. Hay al menos cuatro cualidades que el Señor considera más importantes que el sacrificio, y que es esencial que las practiquemos en nuestras vidas.

La obediencia es algo que deseamos ver en nuestros hijos, y también es algo que nuestro Padre celestial también desea ver en nosotros. La obediencia demuestra sumisión, humildad y amor. Jesús dijo que si lo amamos, debemos obedecer sus mandamientos (Jn. 14:15). Por lo tanto, la obediencia es mejor que los sacrificios. Dios no está complacido si le ofrecemos sacrificios y vivimos en desobediencia.

La reconciliación también es muy importante para Dios. De hecho, envió a su único Hijo para que pudiéramos ser reconciliados con él. Jesús dio su vida en la cruz para lograr esta reconciliación. Él nos enseña claramente que antes de presentar nuestras ofrendas a Dios, debemos reconciliarnos entre nosotros. Esto demuestra cuánto valora Dios la reconciliación en nuestras relaciones.

La tercera cualidad que Dios valora más que los sacrificios es la misericordia. Jesús dijo: “Si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” (Mt. 12:7). Nos alegramos de que Dios sea misericordioso con nosotros, sin darnos lo que merecemos. Debemos seguir su ejemplo y mostrar misericordia hacia los demás.

Estas tres cualidades podemos resumirlas en la cuarta: “Amarle a él (a Dios) con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y los sacrificios” (Mr. 12:33 NBLA).

Albert Blok

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