Nombres divinos (4)
Jehová-raab: Las palabras iniciales del conocido Salmo 23, “Jehová es mi Pastor [Raab]”, son ampliamente conocidas y apreciadas en los círculos cristianos. ¡Qué consolador saber que el Señor es nuestro Pastor! ¡Qué cuidado tiene por sus ovejas y qué paciencia cuando se alejan de su mano protectora y conductora! A lo largo de los tiempos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, estas palabras han sido una fuente de consuelo para innumerables creyentes. A pesar de que se han escrito muchos libros acerca de este salmo, su tema es inagotable. Es maravilloso saber que el Señor mismo es nuestro Pastor mientras atravesamos el desierto de este mundo e incluso cuando nos hallamos en el valle de sombra de muerte. El Buen Pastor no solo murió por nosotros, sino que también resucitó como el Gran Pastor (He. 13:20) y se compromete a cuidarnos en cada paso de nuestro camino hacia la Casa del Padre.
Jehová-sabaoth: Este nombre significa “Jehová de los ejércitos” y se menciona más de 300 veces en el Antiguo Testamento. Es la única de estas combinaciones de nombres que también aparece en el Nuevo Testamento (Ro 9:29; Stg. 5:4). Esto da lugar al uso de la palabra “sabaoth”, que es el equivalente griego de la palabra hebrea utilizada para “ejércitos”. Este magnífico nombre aparece en repetidas ocasiones en el Antiguo Testamento, siendo el libro de Isaías en el que más se menciona, con aproximadamente 60 ocurrencias. Nos transmite la idea del poderío y los recursos invencibles de Dios. En el Salmo 46, leemos dos veces: “Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob” (Sal. 46:7, 11). ¡Qué felicidad poder estar seguros de que tenemos al Señor de los ejércitos con nosotros, nada menos que con su poder omnipotente de nuestro lado! El Dios de Jacob está con nosotros, y si él tuvo paciencia con alguien tan imperfecto como Jacob, ¿no será aún más paciente con nosotros, que estamos tan lejos de lo que deberíamos ser?
A. J. Pollock