Ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
¿Deben los creyentes buscar más “luz”? ¡No! Ellos ya están en la luz y son hijos de la luz; sus ojos han sido abiertos y han pasado de las tinieblas a la luz. Lo que necesitan ahora es crecer en la comprensión de la verdad. La luz se menciona frecuentemente en relación con los que están en tinieblas. En el Evangelio según Juan, la luz se menciona varias veces hasta el capítulo 12, donde Jesús dirige sus últimas palabras al mundo. Allí dice: “Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz” (Jn. 12:36). De ahí en adelante, la enseñanza del Señor estuvo dirigida a sus discípulos. En el capítulo 13, Judas salió del aposento alto y era de noche. Los discípulos están cerca de Aquel que es la Luz, pero ya no se le menciona de esa manera; en su lugar, se hace énfasis en la “verdad” (véase Jn. 14:17; 15:26; 16:13; 17:17).
La Palabra nos dice que los creyentes están en la luz, lo cual implica conocer a Dios, pues él es luz (1 Jn. 1). Ahora, como están en su “luz admirable”, deben comportarse consecuentemente y buscar una comprensión más profunda de la verdad tal como se manifiesta en el Hijo de Dios. El Señor Jesús es la Luz del mundo: nada es superior a él. Muchos confunden la luz con la verdad. Sin embargo, la Palabra habla del Espíritu Santo, que habita en los creyentes, como el “Espíritu de verdad”, y no como el Espíritu de luz.
Nosotros somos “luz en el Señor”. Hablar de una luz dentro de la Iglesia es un error sutil. Satanás se presenta como ángel de luz y sus ministros se disfrazan como ministros de justicia (2 Co. 11:14-15). La luz y la justicia parecen ser sus armas y tienen mucho éxito entre los creyentes. Expresiones jactanciosas como nueva luz o nueva revelación se condenan por sí mismas. La verdadera Luz ya brilla. Aquel que va más allá de esto, no tiene a Dios.
H. J. Vine
