Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios… No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová.
Jehová utilizó a Jahaziel (v. 14), un hombre relativamente poco conocido, para animar a Josafat y al pueblo de Dios. Su mensaje contiene poco más de 100 palabras y, sin embargo, está repleto de lecciones para nosotros cuando el miedo comienza a apoderarse de nosotros.
En primer lugar, Jahaziel animó a los hombres de Judá a no dejarse vencer por el miedo. El miedo nos impide ver con claridad. ¡El miedo convertirá las colinas en montañas escarpadas! La expresión “no temáis” se utiliza repetidamente en la Biblia. Esto no significa que nunca debemos temer, sino que no debemos vivir con miedo y paralizarnos por él. El miedo siempre llamará a la puerta, pero debemos dejar que la fe responda, ¡y el miedo desaparecerá! ¡Esto nos ayudará a reconocer a aquel que lidera la batalla! En realidad, ¡no es nuestra batalla! Nehemías, al enfrentarse a una batalla similar, declaró: “Nuestro Dios peleará por nosotros” (Neh. 4:20). Esta fue la fe de hombres como Moisés, Ezequías, Josué y David (Dt. 3:22; 2 Cr. 32:8; Jos. 23:3; 10:10, 14; 1 S. 17:47).
En segundo lugar, los versículos 16 y 17 nos muestran que debemos estar preparados para luchar contra el adversario. Prepararse para la victoria implica esperar y ver cómo actúa nuestro Dios. Pablo escribió: “Habiendo acabado todo, estar firmes” (Ef. 6:13). Cuando hemos hecho nuestra parte, preparándonos para ser utilizados por Dios, y estamos en la condición moral adecuada, entonces somos exhortados a estar quietos y contemplar la salvación del Señor. ¡Él es el que lucha por nosotros!
Tim Hadley, Sr.
