Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
Unos 75 años después de la reconstrucción del templo, los judíos, esta vez bajo el liderazgo de Nehemías, comenzaron a reconstruir los muros de Jerusalén. Esta tarea era fundamental, tanto para la separación como para protegerse de sus enemigos. Sus enemigos declarados eran los samaritanos y otros pueblos vecinos. Sanbalat horonita (es decir, de Bet-horón en Samaria) y su aliado Tobías (un amonita) se nos presentan como líderes entre los enemigos del pueblo de Dios.
Cuando Nehemías llegó de la corte del rey de Persia, Sanbalat y Tobías se disgustaron “en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel” (Neh. 2:10). Se habían reído de ellos, los habían despreciado y les habían hecho reproches. En el capítulo 4, los vemos furiosos y burlándose de los judíos. Nehemías se dirigió entonces a Dios en oración.
Después de esto, vemos cómo estos enemigos, enfadados en extremo, conspiraron para atacar Jerusalén y causar confusión. Amenazaron con “atacar a Jerusalén y hacerle daño” (v. 8). Nehemías oró y estableció una guardia de día y de noche. ¡Dios nos ha dejado estos ejemplos en su Palabra para que aprendamos de ellos!
En el capítulo 6, cuando la obra de reconstrucción había avanzado más, estos enemigos le pidieron a Nehemías si se podían reunir, pensando en atacarlo entonces. Nehemías se negó a dejar aquella “gran obra” (6:3) que Dios le había encomendado. Sanbalat envió entonces a un criado con una carta abierta y calumniosa, acusándolo falsamente. Contrataron a israelitas para que profetizaran contra él para intimidarlo. Nehemías se dio cuenta de lo que sucedía y le encomendó el asunto a Dios. Finalmente, ¡la obra de reconstrucción del muro se completó en 52 días!
Eugene P. Vedder, Jr.