Hijitos, ya es el último tiempo… [y] han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
Los acontecimientos actuales nos muestran cuán cerca estamos de los últimos tiempos. Las personas tienen puestas máscaras de alegría, pero tras ellas hay corazones vacíos y doloridos. Todo va de mal en peor, y los intentos humanos de resolver los problemas del mundo son inútiles. La estructura moral y espiritual se está debilitando, mientras que el modernismo y las falsas religiones proliferan más que nunca. Vemos oscuridad espiritual donde antes había luz. El cristiano puede decir con total seguridad: “Conociendo el tiempo… ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” (Ro. 13:11).
El regreso personal de Cristo será uno de los acontecimientos más grandiosos en la historia de este mundo, y está muy cerca de ocurrir. Él nos ha hecho la siguiente promesa: “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:3). No cabe duda de esto. Nuestro Señor no miente. Lo ha prometido. Hoy en día muchos se burlan de esta promesa, como lo hicieron con la profecía de Noé acerca del diluvio. Sin embargo, ellos perecieron por su incredulidad cuando el diluvio cayó sobre este mundo.
Cristo vendrá “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles” (1 Co. 15:52). “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts. 4:17). Después de esto, los juicios de Dios caerán sobre toda la tierra: será un día de ira que nadie podrá resistir.
Su regreso traerá una vindicación total de su gloria, mientras que el creyente experimentará la culminación de su salvación eterna. “Esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Fil. 3:20-21). Estaremos con él y lo alabaremos por la eternidad.
¿Está usted preparado para el próximo gran acontecimiento de la historia?
F. B. Tomkinson