Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
Al igual que Noé, a veces podemos ser impulsados por el temor a causa de los acontecimientos que suceden en la tierra. Sin embargo, no basta con tener temor. También debemos actuar como lo hizo Noé. Con un corazón obediente, él “preparó el arca en que su casa se salvase”.
La obediencia de Noé tuvo una buena influencia en su familia. Noé no fue de los que descuidan la formación espiritual de los hijos con la esperanza de que, de alguna manera, tomen las decisiones correctas cuando lleguen a la madurez. Tampoco permitió que sus hijos estuvieran expuestos a todas las influencias que los rodeaban. Algunas personas piensan que lo que sus hijos leen o ven no tiene ninguna influencia real sobre ellos. Sin duda, estas mismas personas lavarán los platos y los cubiertos con mucho cuidado para proteger su cuerpo de los gérmenes. ¿Por qué no deberíamos tener cuidado de las bacterias espirituales dañinas que se están vertiendo en las mentes de nuestros hijos? ¡Este no fue el caso de Noé! No solo se preocupó por sí mismo, sino también por su familia. Su piadosa influencia indujo a su esposa, a sus tres hijos y a las esposas de estos a entrar en el arca con él. Probablemente se enfrentaron a mucha oposición y burlas, pero eso no los detuvo. Dios le había dicho a Noé: “Estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo” (Gn. 6:18). Noé nos sigue enseñando hoy en día. Su obra de fe habla con fuerza y claridad a la generación actual. La venida del Señor está cerca. Solo hay una esperanza: el arca de la seguridad. En la época de Noé se trataba de un enorme barco; hoy, el arca de seguridad ha sido provista por la obra de Cristo en la cruz. ¡Animémonos a entrar en esta arca con toda nuestra familia!
Grant W. Steidl