El Señor Está Cerca

Viernes
19
Mayo

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto.

(Juan 15:5)

Tormentas y quietud

Es reconfortante saber que los pámpanos tienen un lugar reservado en la vid. Las condiciones externas no serán un problema para los pámpanos mientras permanezcan unidos a la vid. La vid puede estar en un entorno frío y oscuro; puede estar expuesta a un sol abrasador, a vientos turbulentos o a una tormenta devastadora. Nada de esto afecta al pámpano. Mientras la vid sea buena y fuerte, la rama unida a ella seguirá prosperando.

No es difícil encontrar ejemplos de tormentas devastadores en nuestro pobre mundo. Como maestro de escuela me ha tocado ver a muchos alumnos atravesando situaciones desgarradoras. Uno me dijo una vez: «Estoy completamente disgustado porque mis padres se van a divorciar»; otro dijo: «Mi papá acaba de salir de la cárcel, vive en el pueblo vecino, pero nunca viene a verme porque no puede pagar el autobús»; otro: «Mi madre bebe alcohol, anoche volvió a casa muy tarde, intenté hacer la cena para mi hermana, pero no había mucho para comer».

Tal vez tú mismo estés atravesando una tormenta. Quizás las personas en las que más confiabas ya no parecen preocuparse por ti ni comprenden tus dificultades. Tal vez te hayan dado las espaldas, y te sientes arrinconado y encerrado a causa de la vergüenza y la ira. Sin embargo, puedes permanecer en la Vid. Hay un lugar para ti en la Vid verdadera, el Señor Jesucristo, que te ama y se entregó a sí mismo por ti (Gá. 2:20). Ahí está tu fuerza; ahí está tu apoyo; ahí está tu alimento; ahí está tu fuente de consuelo, alegría y paz. Y, además, el Señor dijo que en él podrás dar mucho fruto, porque la Vid verdadera es fuerte y buena; y también te dice: “Mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Co. 12:9).

Stephen Campbell

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