El Señor Está Cerca

Sábado
8
Abril

Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.

(Éxodo 13:22)

Luz en el camino

La necesidad más vital del pueblo de Israel, durante la travesía del desierto, era la presencia del propio Señor. Esto es igual de cierto para los creyentes en nuestros días. Después del paso por el mar Rojo, esta presencia estuvo siempre ante ellos, atestiguada por una señal visible. Hoy en día no necesitamos ninguna señal visible, porque la realidad de la presencia de Dios es interior. El creyente es muy consciente de ello porque el Espíritu de Dios habita en él.

Sin embargo, la columna de nube, visible durante el día, es un precioso recordatorio de la clara y precisa guía de Dios. Israel no necesitaba ver a lo lejos para ser dirigido en el camino correcto. De hecho, la nube tiene un cierto grado de penumbra. Tal vez no podamos ver de lejos el camino que hemos de recorrer, pero siempre podemos tener la plena confianza de que el Señor está en la nube. Él conoce todos nuestros pasos en el camino y todos los detalles de lo que nos puede acontecer. El Espíritu de Dios, que mora en nosotros, siempre quiere dirigir nuestra mirada a la persona del Señor Jesús, el autor y consumador de la fe (He. 12:2).

En cambio, durante la noche, Jehová estaba en la columna de fuego. Cuál sea la oscuridad, el fuego ilumina nuestra senda, pero no podemos ver lo que hay más allá de lesta luz. Esta ahí simplemente para permitirnos caminar hasta donde el camino sea visible gracias a su resplandor. No necesitamos más. No nos quejemos porque el futuro es incierto. Nuestro futuro eterno es absolutamente seguro. Realmente no tenemos necesidad de conocer nuestro futuro aquí en la tierra. Contentémonos con ir paso a paso, dentro del alcance de la luz, y confiemos en el Señor para el resto del viaje. Él no nos fallará.

L. M. Grant

Nada sé sobre el futuro,
Desconozco lo que habrá,
Es probable que las nubes,
Mi luz vengan a opacar.

Nada temo del futuro,
Pues Jesús, conmigo está,
Yo le sigo decidido,
Pues Él sabe lo que habrá,

I. F. Stanphill

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